miércoles, 1 de febrero de 2017

LA CITA

Nos vimos cerca de casa, solía quedar con mis citas en un bar con una bonita terraza. No me supone mucho desplazamiento porque ya se sabe que no hay que esmerarse demasiado en esto de las citas online, 
En una ocasión leí que una periodista de Nueva York quedó con un chico y estuvo una hora arreglándose. 
El muy cabrón la plantó justo cuando salía por la puerta y desde ese día, la mujer solo usa barra de labios en sus citas posteriores.

lunes, 22 de febrero de 2016

February 22

En la penumbra de esta habitación, tu cuerpo se me aparece como un fantasma; una extraña silueta con volumen a la que yo pongo cara: porque en el claroscuro de esta habitación placebo, de esta noche de vapores ebrios, soy capaz de distinguir tu rostro. Y si me das la espalda y te apoyas en la pared, si me miras de reojo y me ofreces más de este placebo, no dudo en seguirte el juego. Nuestras cuatro manos apoyadas sobre el gotelé dejarán la huella de esta batalla sin tregua. La propia pared dará fe de que aquí, en la penumbra de esta habitación tú y yo estuvimos juntos, nos contorsionamos y caímos derrotados sobre las sábanas húmedas.

domingo, 21 de febrero de 2016

February 21

Aquel sueño fue tan erótico, tan real, aquella mujer desconocida jugaba con mi cuerpo a su antojo, parecía conocer exactamente mis fantasías, estimulando mis puntos más erógenos en el momento preciso, yo acariciaba la piel de su espalda mientras su boca y sus manos envolvían incesantes mi sexo para después, a horcajadas, violentarlo con fuerza entre sonoros llantos y jadeos.
Empapada en sudor se sentó en cuclillas sobre mi pierna mientras sus pequeñas manos se afanaban inquietas en darme un final apoteósico. Sentí el hervor de su vientre derramando fluidos con persistencia sobre mi muslo, nunca había imaginado que el orgasmo de una mujer pudiera encharcarme de aquella forma…

sábado, 20 de febrero de 2016

February 20

Como olvidar esos atardeceres aferrado a tus negras caderas, descargando con coraje todo mi deseo en tus entrañas, sin un solo reproche por tu parte.
Destacabas entre las demás y por eso fuiste mi elegida, tu tierna mirada, tu suavidad, y ese calor que derrochaba tu interior cuando, en las tardes solitarias, sujetando con fuerza tu largo pelo negro rizado, embestía con ímpetu golpeando con mi pelvis tus firmes nalgas hasta quedar exhausto.
Aún derramo lágrimas recordando aquel amanecer en que me fuiste arrebatada. En ocasiones he intentado suplir tu ausencia con otras, pero jamás he logrado sentir el placer que tú me regalabas.