miércoles, 27 de marzo de 2013

Ardor implacable.

Mercedes gozaba cada caricia, su vello se erizaba entre escalofríos cada vez que sentía el roce sedoso de esos labios jugando a atrapar sus pezones. Se aferraba a los hombros con fuerza mientras sus manos impacientes apelmazaban sus muslos y el aroma de aquel hombre penetraba por sus poros acrementando el deseo. Raul, entusiasmado, sintió el temple de la mano que atrapando su vigor, lo envolvía suavemente desde la base al extremo, donde ahora se concentraba el ritmo latente de su corazón...

Mercedes buceaba traviesa bajo las sabanas, Raul suspiraba agitando su cabeza hacia los lados, aprovechando el momento para alcanzar el spray de su mesilla.

La mirada lujuriosa de Mercedes desveló sus intenciones. Raul, sin pensarlo, derrochó sobre su ardor el íntimo spray lubricante y se dejó arropar por el calor intenso del vientre de Mercedes..

Poco más duró el encuentro. Aún se arrepiente Raul de olvidar en la mesilla aquel atractivo envase de Réflex que casi nunca había usado...

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