domingo, 28 de abril de 2013

Fantasía lésbica en la playa.

Tendida sobre la arena de la playa, el deseo, al ver el cuerpo de aquella mujer a pocos metros de mi. Ella iba acompañada de otra mujer, jugueteaban desnudas a la orilla del mar, se tocaban los pechos y se echaban agua como si estuvieran solas.

La más guapa de las dos se fue hacia su toalla, tenía unos pechos grandes y firmes que se balanceaban suavemente cuando caminaba. Se estiró en la toalla, estaba mojada, el agua descendía de sus cabellos.

Se estiro boca arriba con las piernas abiertas y no pude evitar mirarla, tenía una vulva sonrosada, apenas cubierta por una línea de vello rubio. No le podía apartar la mirada, me daban ganas de acercarme a ella, abrir sus piernas y hundir mi boca en aquella vulva tan apetitosa que imaginaba húmeda y salada a la vez.

De pronto comenzó a llover, una lluvia fina que incitó a muchos a marcharse, pero ella se quedó, sola, sin su amiga. Yo no paraba de pensar en ese cuerpo y veía en su presencia que ella quería lo mismo que yo.

Me armé de valor y me acerqué a ella. Empecé a hablar con ella pero mis ojos me traicionaban fijándose en sus pechos sin apenas disimulo. Para mi sorpresa, ella al darse cuenta cogió mis manos y las acercó a sus pechos. Su tacto era delicioso y no dudé y acerque mi boca a uno de sus pezones y empecé a lamerlo mientras mi otra mano pellizcaba el otro pezón. Ella empezó a gemir, fui bajando por su cuerpo y le abrí las piernas suavemente. Tenía una vulva perfecta, sonrosada con los pequeños labios dibujados y el clítoris pequeño y suave.

Empecé a chuparla, mi lengua dibujaba cada pliegue, lo succionaba, lo lamía en círculos, suavemente sin parar hasta que empezó a correrse, seguí chupándola mientras su vulva se retorcía entre mis labios hasta volver de nuevo a tener otro orgasmo. Yo no podía apartar mi boca de allí.

Los pocos bañistas que quedaban en la playa no daban crédito a lo que acababan de ver, pero a mí solo me importaba el placer que le estaba dando a aquella mujer desconocida. Cuando acabe, ella, me besó en la boca y me dijo que nunca había tenido sexo con otra mujer y que había disfrutado mucho. Yo le confesé que era mi primera vez también, nos dimos los teléfonos y nos prometimos llamarnos cuando nos apeteciera una buena sesión de sexo.

Ayer recibí un mensaje suyo que me decía "Esta vez te tocará a ti"....

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