sábado, 4 de mayo de 2013

La parada del metro.

Ella era una chica bastante seria y formal, o por lo menos eso era lo que pensaba la gente que la conocía, pero yo sabía cómo era realmente, cuáles eran sus fantasías y sus instintos más bajos.. Yo era su esclavo más sumiso.
Era una mañana de Mayo, una de esas mañanas que el sol brilla más que cualquier otro día  una de esas mañanas que te levantas con la sensación de que va a ser un día especial.
Salí a la calle con ganas de comerme el mundo, y cuando llegue a la parada del metro la vi  Estaba allí, de pie con un traje negro y un maletín de cuero, se veía bastante sería, o por lo menos daba esa sensación. Me coloque a su lado y la observe, ella me miraba de vez en cuando. De pronto se giro hacia mí y me pregunto la hora, tenía la voz más sensual que había oído jamás, me dio mucho morbo oír aquella voz y en un instante se agolparon en mi mente un sinfín de imágenes y de situaciones con ella, pero inmediatamente desaparecieron, ella pareció darse cuenta de mis pensamientos y me sonrió. Seguidamente vino el metro y subimos  nos sentamos el uno frente al otro y durante todo el trayecto no hicimos más que dirigirnos miradas fortuitas. 
Cuando llegue a mi destino bajé del vagón y cuál fue mi sorpresa al comprobar que ella también bajaba.
Me dirijí a los lavabos y cuando quise darme cuenta, ella estaba dentro observándome y sin mediar palabra me cogió de la mano y me llevó hacia el wáter, cerró la puerta, dejó el maletín en el suelo y se subió al wáter, yo, mientras la observaba sin mediar palabra, no creía que aquello pudiera estarme pasando, bajó sus pantalones y pude ver sus piernas y sus caderas, eran preciosas, entonces bajo sus bragas hasta los tobillos y sujetándome la cabeza con sus manos dijo: ¡ Cómeme! y yo sin pedir más explicaciones lo hice.

Metí mi lengua entre sus piernas y presioné con mis labios aquellos labios, estaban húmedos y calientes, era algo realmente delicioso, en aquel momento tuve una de mis mayores erecciones, me deleité durante largo rato, lo besé, lo chupé, lo mordí hasta que le hice gritar de placer.

Después ella se coloco su ropa, cogió su maletín y metió una tarjeta en el bolsillo de mi pantalón y sin más salió de allí dejándome solo y exhausto....

No hay comentarios:

Publicar un comentario