lunes, 20 de mayo de 2013

Solo en casa

Cuando regrese el viernes a casa después del trabajo ya no quedaba nadie en ella, mis padres y mi hermana habían marchado a pasar el fin de semana fuera.

Sin perder ni un segundo me duche, me puse cómodo y comencé a mirar una película subida de tono aprovechando que estaba solo. No había hecho más que empezar a masturbarme cuando llamaron a la puerta, así que con un mosqueo alucinante fui a abrir. Al mirar por la mirilla vi que era Carla, la amiga de mi hermana, así que hice un esfuerzo por disimular mi erección y abrí.

Pregunto por mi hermana y yo le conteste que estaba fuera, venía a buscar un pantalón que le había dejado y lo necesitaba para el sábado, yo la invite a entrar y una vez en el salón me di cuenta como se fijaba en lo que escondía bajo el pantalón, yo no podía parar de mirar aquel vertiginoso escote que llevaba.

Hablamos un momento y la acompañe a la habitación de mi hermana a recoger el pantalón.  Me agache para abrir el cajón de la cómoda y sin dejar que me levantara se recostó sobre mí, apoyando sus pechos en mi espalda, los apretaba con fuerza ... se quito la camiseta que llevaba, y mientras yo miraba con cara de tonto aquellos pechos que parecían desbordarse del sujetador, ella me miraba y se miraba al espejo..

Fue entonces cuando le dije "que pena que no te hubieras quitado también el sujetador", ella comenzó a reír y me pregunto que para que, yo le conteste, pues para verte esos pechos tan bonitos que tienes, ah, "si es por eso, solo tienes que decírmelo". Sin más palabras empezó a quitarse la ropa mientras me miraba fijamente, hasta quedarse completamente desnuda. Se acerco a mí y agarrándome el más que evidente bulto del pantalón dijo ¿y tú?, ¿no vas a enseñarme que tienes aquí guardado?

Se arrodillo frente a mí bajándome el pantalón  y mi miembro se levanto como un resorte y casi le impacta contra su cara, y sin pensarlo demasiado comenzó a lamerlo suavemente, recreándose, sin apartar su mirada de mis ojos. Cuando me di cuenta de que no aguantaría demasiado, la tumbe sobre la cama de mi hermana, le separe las piernas y empecé a lamer su sexo, estaba súper mojado. Ella levantaba la cadera con fuerza sujetando mi cabeza para que

no me separara ni un milímetro de lo que tenía allí, yo respondí su entusiasmo y le introduje mis dedos en su vagina  intentando encontrar su punto G. Me incorpore y comencé a penetrarla muy despacio para subir lentamente el ritmo en consonancia con sus gemidos, cada vez más rápido y más fuertes, hasta quedar rendidos.....

1 comentario:

  1. ¿Por qué las amigas de mi hermana no me hacen eso? Excitante relato, como siempre ;-)

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