El continuo trabajo de la barra, traía como consecuencia muchos roces corporales entre nosotros, no había mañana que no hiciéramos comentarios o bromas al respecto, pero sobre todo de Marina, que paseaba un culito respingón duro y llamativo dentro de una faldita corta, camiseta negra de tirantes que debía de tener la resistencia del traje de spiderman para sujetar sus dos hermosos pechos, su tez blanca hacia contraste con una llamativa y provocadora melena roja, unos grandes ojos negros iluminaban su bella cara, rematada con unos labios carnosos sumamente apetecibles, esto era cada día,
Carmen provocaba los encuentros rozándose cada vez más, deseosa de tener mi cosa apoyada en su trasero, Marina viendo el tema creo que se divertía mucho. Aunque yo estaba de responsable, nuestra convivencia era de compañeros.
a finales de mayo un día desapacible, lluvioso y con mucho viento, tuvimos que cerrar la terraza, no pasaba ni un alma, las chicas de la terraza estaban en la bodega de cháchara y Carmen con ellas, arriba quedamos, Marina y yo, siempre había tenido bastante éxito con las féminas, pero a mí la que realmente me ponía era esta hermosa hispana, de pelo rojo.
Quieres un café pregunte, gracias pero no me apetece comento un poco arisca, te veo muy enfadada dije, es que hoy no tengo buen día, tranquila cuenta si quieres le dije ofreciéndole mi pecho de apoyo, ella se vino hacia mí y abrazándose me contó que la disputa era con su hermana, yo mientras hablaba notaba debajo de mi pecho el contacto duro de sus senos, respiraba el aroma de su cuerpo y dándole un beso en su cara note el sabor salado de sus lagrimas.
cuál fue mi sorpresa que izándose sobre sus puntas de los pies, me busco mis labios fundiendo nuestras bocas en un apasionado beso, su lengua que tantas veces había sacado provocándome, estaba acariciando la mía intentando enrollarse como un lazo, mis manos bajaron por debajo de su corta falda, agarrándola por sus hermosas nalgas la subí a la zona de trabajo, dando la espalda a la barra, allí me abrazo con sus piernas y siguió devorándome con sus labios, el desenfreno fue total, sin medir las consecuencias, le baje su pequeño tanga y me agache a recogerlo...ya no me levante, tenía ante mí su tesoro, acariciando con mis dedos, no dude en buscarlo con mi lengua, ella abrió sus piernas e introduje mi lengua en su recóndito sexo buscando su clítoris.
Era tal la excitación que inicie un ligero mete saca, continué jugando con mi lengua sobre su clítoris, iba notando su respiración más agitada y sus pequeños gemidos que aguantaba para no estallar, sus contracciones me guiaban, me iban indicando, donde se apoderaba de ella el verdadero éxtasis, cuando de pronto pasando mi lubricada lengua a causa de la secreción amorosa, note un fuerte estremecimiento seguido de unas fuertes contracciones de su cuerpo, seguí frotando hacia arriba, sin parar la zona izquierda de su clítoris, había descubierto donde la volvía loca, frenética de pasión, mis acometidas bucales con la puntita de mi lengua casi sin presión acelere mi ritmo, era tanta la carga de placer que recibía con la estimulación, en su punto preferido, que con unos tiernos estertores de placer, no pudo contener su orgasmo.
Mientras me pidió que la penetrara, me levante y sacando el pene
del bóxer, sin bajar el pantalón, le puse la cabeza en la entrada y con una ligera presión se la introduje, ella me rodeo con sus piernas mi cintura y casi en el aire, siguió cabalgando como una poseída provocándose otro orgasmo, el cual me hizo explotar casi al unísono, la saque rápido con algún gemido. De que te quejas no te gusto?. Dijo sonriendo, dándome un cálido beso, bajo de un salto y con un paño se limpio como pudo, y se dirigió hacia los lavabos, yo atónito por lo sucedido,
En apenas veinte minutos solo, había tenido el mejor sexo de mi vida y ahora tenía que bajar a la oficina, a borrar las imágenes de la cámara,