domingo, 21 de abril de 2013
viernes, 19 de abril de 2013
La octava maravilla.
Te recuerdo con las manos semiatadas, las yemas de mis dedos recorriendo tu cuerpo, agitándote con cada roce entre agudos gemidos. Mirando tus ojos sentí la calidez de tu piel lechosa bajo la prenda ligera que cubría tus pechos. Me enamoré de ti al primer instante, de tu belleza y tu fragilidad. El instinto me llevó a intentar retenerte y ahora comprendo que fue mi mayor error...
El destino vertiginoso ha provocado que volvamos a encontrarnos en este lejano paraje. Añoro mi hogar y el breve tiempo que allí pasamos juntos, pero tu llamada ha hecho renacer el amor que siempre sentiré por ti, al tiempo que rebrota el animal que en mi interior intenta protegerte. Deja que contemple por última vez tus rubios cabellos ondularse al viento, asi, rodeando tu cintura con mis recias manos..
Moriré sabiendo que entre lágrimas, siempre recordaras que yo, te amé tal como llegaste a mí, aunque nuestra unión sea imposible...
jueves, 18 de abril de 2013
Un cierto sentido.
¡Por fin! Piensa Carlos al tiempo que se tumba extenuado en la cama matrimonial. Durísima jornada laboral la de Carlos. Y extensa: 15 horas en la oficina y todo el tiempo con esa inquietante sensación de desespero, con la frustante amargura de presentir que todo se va al carajo ¡tanto esfuerzo tirado por la ventana! Todo por culpa de la crisis, la puta crisis.
Su mujer le da la espalda, está desnuda. Carlos se acomoda en el cuerpo de ella buscando la ergonomía de los miembros, se acurruca en la calidez del contacto y respira hondo. Por arte de magia los pulmones se le ensanchan y las cervicales se distienden. Su pene, independiente de cualquier acto voluntario, se posiciona entre las nalgas de ella brujuleándose sin motor y aparcándose comodamente en el mullido espacio entre ambas. Qué gracia divina disponer de ese acogedor parking nocturno donde los problemas decrecen y las bonanzas se inflaman, donde lo estéril fermenta en fecundo y donde los sinsabores de la vida adquieren un cierto sentido...
miércoles, 17 de abril de 2013
El imperio de los sentidos.
Quémame suavemente con tus ojos, deslízalos como tú sabes por cada rincón de mi cuerpo mientras desnudas mi deseo más profundo, que tu respiración me queme los labios mientras buscan el color de tu piel tras la penumbra de este fuego que nos invade, regálame los oídos mientras tus palabras se sumergen bajo mis tirantes haciendo viajar la excitación mas allá de otros mundos, vísteme con tus manos mientras me diseñas el traje que nos envolverá antes de que lo hagan esas sabanas de nuestro lecho, lugar donde no hay misterio, ni preguntas, tan solo respuestas y onomatopeyas, ragálame esa mezcla de juego y fuego chispeante, regálame ese volcán bajo tu piel y llévame con él a ese sueño irrecuperable donde puedan hablar nuestros sentidos en silencio, donde griten aquellos gemidos ahogados por momentos de silencio, elévame porque mi piel ya no desea tocar el lecho, sino esa otra dimensión de espacio tiempo donde tan solo cabe esa mezcla de dos cuerpos fusionados entre sudor, color y aroma. Todo vuelve, todo pasa, vuelve la calma, el deseo duerme ya bajo el secreto de nuestra memoria, nuevamente despertamos sobre el lecho, el nuevo día nos recuerda nuestra despedida.
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