viernes, 26 de abril de 2013

Ella.

El sol, la lluvia, el cielo, las hojas estrepitosas, el viento, ojos que brillan y su boca. Todo un conjunto de luminosidad, un manojo de vida blanda como el agua.

Circula por las venas, como un torrente de abejas, se esconde, nace, se ríe. Baja como esquirlas heladas, por las arterias de madera. Esa vida, esa tenue vida.

Y de pronto el nubarrón, la luz artificial de la calle, la llovizna, el roce. El chapotear de los tacones en las baldosas. La esquina estaba libre, el encuentro seria fulminante.

Del otro lado de la calle la penumbra, el latir de un corazón galopado, rechinante.

Inconfundiblemente se encontraron, el calor en su cara aliviaba el viento helado y la gabardina solo era una ilusión de abrigo.

Se escondieron juntos como niños, se rescataron, se mimaron, se lamieron, se rieron, y continuaron el paseo. Se amaron incansablemente entre las calles oscuras. Solo la brisa de la noche y las finas gotas fueron testigos del consumado hecho.

Ellas tan finas, recorrieron sus cuerpos fatigados, ellos tan poseídos saciaban su sed. Mientras las luces seguían escondiéndose en la bruma otoñal, ellos, se persiguieron. Corrieron de la mano, se perdieron.

Se extraviaron entre uno y otro, se asfixiaron, y volvieron a nacer entre sabanas blancas como campos de jazmines.

Mientras acariciaba sus piernas torneadas, ella, besaba su cuello y su cabellera rojiza rozaba sus hombros, el alborotadamente pegaba su cintura a la de ella y deslizaba sus manos desde el muslo hacia la cintura, luego los senos, ella enloqueció de amor y subió encima de el, y en un sin fin de caricias, roces y húmedos besos se fue la noche.

El sol les dio en la cara, ellos, alterados, se miraron, ella cogió las medias del suelo alteradamente, se colocó el sujetador, se puso la falda y la camisa. En tanto él, la miraba tendido en la cama blanca, revoltosa, inmune a la soledad. Se miraron, se sonrieron, se abrazaron y el la beso profundamente. Dejo la habitación, en su camino, la estela de su perfume se mezcló con la cotidianida..

jueves, 25 de abril de 2013

Sexo en el cine de verano.

Todo sucedió una calurosa noche de verano, era un recinto al aire libre, vallado por los cuatro costados y con una pantalla gigante al fondo. Había sillas en todo el local y un pequeño espacio detrás de la última fila de asientos.

Cuando entre, la película que ponían aquella noche ya había comenzado, los asientos ya estaban todos ocupados y tuve que ponerme de pie, detrás de las últimas filas.

La noche era muy calurosa, pero allí soplaba una ligera brisa que hacia la noche más agradable.

Al cabo de un rato vi entrar una pareja, como no había asientos libres decidieron quedarse a mi lado, no presté demasiada atención, pero al poco rato vi como se iban acercando a mí, en aquel momento me empecé a fijar en aquella mujer, la pantalla permitía ver casi perfectamente su silueta, era una mujer de unos 40 o 45 años con un trasero y unos pechos de infarto, vestía con una camiseta de tirantes que dejaban ver aquellos maravillosos pechos, y una minifalda  súper pequeña,

A partir de ese momento dejé de prestarle atención a la película para prestársela a esa chica, solo pensar el poder acariciar aquel culo me puse muy caliente, y mi pene se empezó a poner muy duro, decidí acercar mi mano a su trasero y lo rocé de manera muy suave. Permanecí así un rato comprobando que la mujer no hacía ningún gesto para apartarme la mano, lo que me acabo provocando una tremenda erección por lo que intensifique la presión de mi mano sobre su trasero. Mi sorpresa fue que no rechazo mi gesto sino que noté que cada vez estaba mas pegada a mí, así mi mano podía recorrer todo su trasero, a ella le gustaban mis caricias, pasaba mi mano de un lado a otro y le introducía mis dedos. Ella no solo no decía nada sino que cada vez estaba más cerca de mí. Me coloque detrás de ella y empecé a rozar mi pene contra su culo. La mujer también estaba a 100 y disfrutaba con mis caricias, cada vez se acercaba mas a mi pene erecto, lo que aproveché para meter mi mano por debajo de aquella minifalda tan corta y cogerle todo el culo con mis manos. Ella ni respiraba, su diminuto tanga hacia que sus nalgas estuvieran desnudas a mi merced. Mi pene estaba a punto de estallar.

El acompañante de la chica parecía no enterarse de nada, estaba muy entusiasmado con la película, así que me atreví a sacar mi pene fuera del pantalón y metérselo en aquel enorme trasero, mientras con mi mano le acariciaba dulcemente aquellos enorme pechos, mientras mi pene estaba aprisionado entre aquellos glúteos, no tarde en correrme dentro de aquel culo tan maravilloso, me separé un poco y ella me cogió el pene acariciándomelo, supongo que en señal de agradecimiento.

Su acompañante seguiía ajeno a todo, o quizás no quería enterarse de lo que estaba pasando, nunca lo sabremos...

Pero mi velada de cine, fue "DE CINE"

martes, 23 de abril de 2013

El profe de Gimnasia.

La llegada de  Javier nos impacto a todas, él era nuestro profesor sustituto de gimnasia. Menudo hombre, era guapísimo con un cuerpo de escándalo, no hacía más que recibir halagos por parte de las demás chicas, en aquel tiempo más de una se le había insinuado.. Nunca decía nada, algunos de nuestros compañeros decían que seguro que era gay porque era imposible que un hombre al que le gustaran las mujeres, hubiera ignorado a aquellas chicas tan guapas que se le habían insinuado. Yo me considero una chica que estoy bastante bien físicamente, soy muy alta, rubia ojos verdes y un cuerpo bien estilizado... Siempre me mantuve distante, nunca le hice ningún comentario ni nada, y eso que me gustaba a morir..

Un día al finalizar la clase de gimnasia le busque la mirada y se quedo desconcertado, seguidamente me fui a las duchas, al abrir el grifo tuve problemas, estaba roto y salió toda el agua disparada contra mí. Me quede toda mojadita, el pelo, la ropa.... corrí fuera para avisar, pero no quedaba nadie ¿Donde estaba todo el mundo?. Volví dentro y cuando entre escuché a alguien, ¡era él! Apoyado en la puerta mirándome de arriba abajo, totalmente mojada, con mis pezones en punta... Me quede muerta cuando le vi, las únicas palabras que dijo fueron: que guapa estás Blanca. ¡Dios! me dio un escalofrío por todo el cuerpo. Se acercó cogió una toalla y me la puso por encima, me abrazó ¡estas congelada! No daba crédito a lo que me estaba pasando, jamás pensé que lo tendría tan cerca. Lo miré y sin pensármelo dos veces lo besé, nos besamos apasionadamente, dejé caer la toalla y me quite la camiseta, puso su mano sobre mi pecho y la apretó, yo puse mis manos sobre su sexo y lo acaricie, estaba totalmente duro, le baje el pantalón  le saque el pene y comencé a masturbarlo, me agaché y me lo puse en la boca, era grande y gordo, se la chupé durante un ratito...me levante y nos volvimos a besar, luego me cogió y me llevo a la ducha, me quito el pantalón y el tanga y abrió la ducha, nos empezó a caer el agua mientras nos acariciábamos, me introdujo sus dedos, dios que gusto... Se agacho y empezó a lamerme el clítoris mientras seguía con sus dedos introducidos en el, muy delicadamente, que placer... no pude aguantar mucho y acabe teniendo un orgasmo. se incorporo, me beso y siguió tocándome los pechos. Me colocó de espaldas contra la pared y me penetró, poco a poco y muy lentamente, estaba consiguiendo que empezara a tener mi segundo orgasmo, comenzó a empujar cada vez mas fuerte...gemíamos de placer, hasta que acabamos corriéndonos al mismo tiempo... siguió besándome el cuello mientras yo le acariciaba su pene, me cogió me levantó y me volvió a penetrar de nuevo, me cogió por la cintura y me movía con gran agilidad  arriba y abajo.. Cada vez más fuerte. Me apoyo contra la pared y seguía, no podíamos dejar de gemir, me arrodille y me puse su miembro en mi boca, empecé a lamerle todos los jugos que lo cubrían.. No tardó en correrse de nuevo. Nos besamos durante un largo rato y terminamos de darnos la ducha.

A partir de ese momento cuento los minutos que faltan para la siguiente clase de gimnasia....


lunes, 22 de abril de 2013

El aniversario

Santi como casi todos los hombres tenía fantasías sexuales, tenía varias pero su favorita era compartir a su mujer con otro hombre, infinidad de veces cuando hacía sexo con ella imaginaba que había otro chico con ellos. Él nunca se había atrevido a proponerle nada a ella.

Ese año celebraban su tercer aniversario de bodas y Sandra decidió sorprender a su marido y regalarle algo especial...

A media tarde Santi recibió un wasap que decía (espérame en esta dirección a las 10), estuvo muy nervioso el resto del día, intrigado, no entendía nada. Cuando llegó la hora se dirigió al lugar indicado, era una especie de hotel, en la entrada había una recepcionista detrás de un mostrador, las paredes de la entrada estaban forradas de una especie de moqueta de color rojo, y se notaba un olor a coco muy agradable. Se acerco a la chica dio su nombre y ella con una sonrisa picara le entregó una llave en la que había inscrito el numero 12... En el primer piso a la derecha, le indico muy amablemente la chica, con la llave en la mano y completamente perdido se dirigió hacia allí. 

La habitación tenía un pequeño recibidor, a la izquierda había una puerta que estaba cerrada con llave, encima de la mesa del recibidor una nota que decía... (cariño, desnúdate y túmbate en la cama). Mientras se desnudaba le pasaron cientos de pensamientos por la cabeza, le daba morbo aquella situación.

Las paredes estaban forradas de espejos, la habitación se iluminaba por unas velitas rojas y blancas, era una iluminación más bien pobre, se tumbó boca arriba en la cama y esperó...

Al cabo de unos minutos vio la silueta de su mujer en la puerta de entrada, caminaba muy despacio hacia él, la única ropa que llevaba puesta era un minúsculo tanga, llegó a los pies de la cama y apoyando las rodillas gateó hasta llegar a su cara, le puso un dedo en los labios haciéndole callar... Gateó hacia atrás y al llegar a la altura de su pene, se lo introdujo en su boca, lo repitió varias veces cada vez más rápido, apretó los labios y aflojó la marcha, e aquel momento vi una sombra aparecer por el mismo sitio donde minutos antes había aparecido Sandra, aquella sombra cada vez se iba acercando mas y mas... al llegar a donde estaban ellos a Santi le explotaron los sentidos, sentía el placer del miedo... aquel tipo se apoyó sobre su mujer y le miró. Era un hombre de raza negra muy corpulento, ella empujó hacia atrás y el tipo aquel comenzó a frotarla, después bajo sus manos y le cogió los pechos, ella emitió un gemido que a Santi le hizo tener su primer orgasmo. El chico negro se subió de pie en la cama y esperó.. Sandra se incorporó y se quedó mirando los ojos de Santi, después ella se giró hacia el chico y metió la cabeza entre sus piernas. Santi se quedó mudo sin poder quitar la vista del miembro de ese tipo mientras su mujer se lo empezó a chupar y a masturbarle. 

Santi no podía dejar de mira en el reflejo del espejo como el negro levantaba a Sandra y la colocaba a cuatro patas, se ponía detrás de ella, se arrodilló, le aparto el tanga y le introduzco todo aquel pene... Ella comenzó a gemir y el negro comenzó a moverse... ella no paraba de gemir mientras el negro vaciaba sobre su espalda el resto de flujos que le quedaban, esa escena duró varios minutos hasta que el tipo paró y desapareció de la escena,  se quedaron los dos solos durante horas, sin moverse ni hablarse.

Volvieron a la rutina diaria y jamás sacaron el tema, como si no hubiera ocurrido, pero cuando hacían el amor, Santi ya no le comentaba ninguna fantasía , revivía los momento de ese día y se hundía en el placer de los gemidos que ella daba, recordando aquel aniversario...