miércoles, 10 de febrero de 2016

February 10

Sus ojos clavados en mi trasero. Mi vista viajando consciente a su abultada entrepierna. Chispas en el espeso aire, vicioso, atando nuestros cuerpos. Trémula su mano posada con tiento en la piel de mi muslo, subiendo despacio y arrastrando la tela incauta. Dedos calientes, gruesos, siniestramente lentos llegando hasta mi centro. Su boca voraz se arroja y precipita en caída libre hasta impactar contra mi pecho. Muerde el borde de mi escote. Lo arranca de un solo tirón.

martes, 9 de febrero de 2016

February 9

Apenas había gente en la consulta, Paula esperaba su turno cuando llegó Carlos. Se sentó a su lado dejando en el aire una exquisita fragancia masculina.
Paula comenzó a ruborizarse al sentir el calor del muslo atravesar la tela de su falda, miró de reojo aquellas varoniles manos, que comenzaban a humedecerse víctimas del nerviosismo, sus dedos se entrelazaban inquietos en un juego sin sentido.
Carlos se atrevió a girarse, buscando los ojos de Paula, éstos buscaban sin acierto un punto de interés que apartara aquellos pensamientos de su mente, a pesar de no haber visto su rostro, imaginaba esos labios besándola, impregnándola con aquel penetrante aroma, casi podía escucharse el latido de su corazón en la silenciosa sala de espera.
Carlos cambió de postura, dejando un espacio que refrescó la pierna de Paula, sus miradas se encontraron, logrando tener el mismo sueño, sin decir una palabra sus rostros comenzaron a acercarse lentamente...

lunes, 8 de febrero de 2016

February 8


Llevaba ya varios minutos  de caricias tibias, abrazos y arrullos, la forma en que se refugiaba bajo mis brazos, la forma en que mis brazos la protegían, no era mi intención provocar este momento, no era mi intención dar más pasos hacia el vacío, pero los estaba dando, los estaba dando con gran velocidad. Y me fascina la velocidad.

domingo, 7 de febrero de 2016

February 7

Era un lugar desconocido para mí.
Noté que estaba vacío, pero pensé que como era un día laboral y a una hora laboral, era normal, y la verdad que me gustó aquello, sonreí porque podía tener cierta privacidad en una ciudad caótica.