miércoles, 8 de mayo de 2013

Cena y postre.

Era una calurosa noche de verano, esa noche íbamos a cenar fuera, mi marido me paso a recoger después del trabajo y fuimos hasta el restaurante donde nos esperaban unos amigos. La cena era muy animada entre risas y vinos, en aquel momento sentí como me tocaban por debajo de la mesa, llevaba para la ocasión un vestidito corto lo cual hacia el camino más accesible a su mano. Estaba sorprendida pero a la vez me gustaba aquella sensación  todos eran ajenos a lo que estaba pasando, su mujer hablaba animadamente con mi marido, yo cada vez estaba más excitada. Me levante y baje al lavabo, me quite las braguitas, no tarde demasiado, pero cuando volví  note en su mirada como me estaba deseando, le cojí la mano por debajo de la mesa y le entregue mis braguitas súper mojadas, el se ruborizo, pero supo salir al paso, guardándolas en el bolsillo de su pantalón.  

La cena transcurrió muy deprisa, pedimos la cuenta y decidimos marchar a tomar unas copas,  el aprovecho para ir al lavabo antes de marchar y yo aproveche para ir tras él, mientras, los demás nos esperaban en la calle, Una vez en el lavabo lo empuje al lavabo de chicas y una vez dentro le baje el pantalón y me puse su pene en la boca, estaba a punto de estallar, era enorme,  nos esperaban y no tardamos en salir. Estábamos súper excitadísimos. Llegamos al pub a tomar unas copas y no tardamos en buscar una excusa para quedarnos los dos a solas. Aprovechando que estábamos fuera fumando un cigarrillo corrimos a buscar la oscuridad de la playa, y allí acabamos lo que habíamos empezado unas horas antes. Nos quitamos la ropa y me estire en la tumbona  me beso todo el cuerpo, con la mano me tocaba el clítoris  poco a poco me introdujo los dedos dentro, yo no podía dejar de tocar aquel pene, jamás había visto nada igual, deseaba tenerlo dentro de mí, no tarde en hacer mi sueño realidad, me introdujo su pene y empujaba con todas sus fuerzas, no tardamos en tener un orgasmo, nos apresuramos en vestirnos y volver de nuevo al pub. Todos estaban con su cubata y ni se habían percatado de nuestra ausencia, lo que quedaba de noche todo fueron miradas de complicidad entre los dos. No tardamos en marchar para casa, nos despedimos como si nada hubiera pasado, el marcho con mis braguitas de recuerdo de aquella noche  y yo con las esperanza de que aquella escena de la playa se vuelva a repetir alguna otra noche.....

martes, 7 de mayo de 2013

Juego de niños.

En aquellos años mi padre viajaba mucho, es veterinario y tenía que ir a a visitar muchas fincas donde prestaba sus servicios. En aquella ocasión me propuso que lo acompañara, a mi me hacía mucha ilusión ir con él, sobre todo a la finca donde iba, así que no me tubo que insistir mucho y antes de que acabara de hablar ya estaba subida en el coche,  en aquella época yo tenía 15 añitos. El era amigo de los dueños de la finca, aquella noche se entretuvo más de la cuenta y cuando nos dimos cuenta era demasiado tarde para volver a casa, así que nos propusieron quedarnos a dormir en la finca. El dueño tenía un hijo muy guapo dos años mayor que yo. Mi padre acepto la invitación.Aquella noche  se celebraba una fiesta y poco a poco fueron llegando los invitados.

Después de darme una ducha baje al salón donde estaban todos los invitados, y allí me esperaba mi padre acompañado por el hijo del dueño, Jaume que así se llamaba.  Me invito a tomar un refresco y nos marchamos, la gente bailaba y bebía  en aquel momento vimos salir a una pareja y decidimos seguirla, se escondieron detrás de unos arbustos y comenzaron a despojarse de la ropa, el comenzó a penetrarla, mientras ella le iba susurrando cosas al oído, nosotros estábamos atónitos viendo aquella escena, reíamos, nunca antes habíamos visto algo así, solo en la televisión.
Al cabo de un rato Jaume me pregunto si quería probar, yo nunca lo había echo y me entro la curiosidad de ver que se sentía y accedí. El se bajo el pantalón y tenia el pene durísimo, me dijo que me lo quería meter, y que me iba a gustar, que me lo iba a pasar tan bien como la mujer que teníamos allí delante.
Quizás fue aquella situación que estábamos viendo, o quizás ver su pene, pero deje que me quitara el pantalón, el comenzó a tocarme la vulva, yo era todavía una niña los pechos casi ni se me veían de lo pequeñitos que eran, mi vulva era de una niña inocente, limpia. Me subió en una mesa que había en el jardín me abrió las piernas y me puso su pene contra mi vulva, me acariciaba con su pene y mi vulva poco a poco se iba abriendo, el comenzó a empujar hasta meterlo en mi vagina, me estaba penetrando, era mi primera penetración, yo no entendía como aquella chica gemía de placer si yo en cambio sentía un dolor inexplicable, Jaume parecía pasarlo bien y no tardo en sacar su pene de mi vagina y correrse en mis piernas.
Yo durante mucho tiempo estuve enamorada de él, pero nunca más,  después de aquella noche lo volví a ver.
Ahora he crecido y tengo unas bonitas tetas y un sexo que disfruta mucho cuando lo tocan, y siempre tengo las esperanzas de volver a encontrar a Jaume y volver a sentir su pene dentro de mí, pero esta vez sin dolor, sino sentir el mismo placer que sintió el aquella noche.

lunes, 6 de mayo de 2013

Encuentro lésbico.

Aquella noche ella se quedaba a dormir en casa, hacia muchos días que no nos veíamos, salimos a tomar unas copas y cuando volvimos a casa subimos para la habitación, ella me pidió que le pusiera crema en la espalda, yo accedí. Yo siempre había sentido atracción por ella, pero nunca me había atrevido a decirle nada, esa noche mientras le ponía crema comencé a masajear su cuello, ella sonrió. Me pregunto si me gustaba su cuerpo, yo no me esperaba esa pregunta y me puse muy nerviosa, pero le conteste que sí. Estábamos acostadas y ella estaba de espaldas a mí, yo seguía dándole un masaje, en aquel momento ella cogió mi mano y la puso en su pecho, "seguro que esto también te gusta" me dijo, esbozando una sonrisa. Yo estaba temblando, ella me dijo que sabía que me gustaba, por la manera tan apasionada que yo la tocaba. 

Me dijo, "haz conmigo lo que quieras" le quité la ropa, cuando vi sus pechos tan grandes y aquellos pezones tan duros me descontrole y comencé a tocarlos y a besarlos, ella me cogió y comenzó a besar mis labios, en aquel momento sentí algo especial. Después comenzó a quitarme la ropa, acabando con mi diminuta tanga y su lengua fue a parar a mi clítoris, el aquel momento solté un grito de placer, parecía un sueño, pero no, ella estaba hay lamiendo mi vagina, cada segundo era maravilloso, mi cuerpo no resistió mas y tuve un orgasmo, quede casi sin conocimiento, sin fuerzas para moverme, mientras ella seguía besándome. Desde aquella noche a pasado más de un día en casa, hacemos sexo en el baño, en el comedor, de día de noche.... Aquella noche fue mi primera experiencia con una chica, ella era mi mejor amiga y desde aquel momento somos inseparables, algún día esto acabara porque a las dos nos gustan los chicos, pero mientras nos dure este calentón lo aprovecharemos al máximo....

domingo, 5 de mayo de 2013

La ventana.

Era una calurosa noche de verano, estaba en casa, semidesnuda, no tenia aire acondicionado en casa. Me esperaba un fin de semana de espanto. No sabía qué hacer lo había probado casi todo, una ducha fría  hielo, etc.. Tenía todas las ventanas de la casa abiertas y no corría aire. Me senté en la ventana mientras me tomaba un Gin muy frío, de repente lo vi  estaba al otro lado de la calle. Por su aspecto debía estar como yo, agobiado por el calor, el no me había visto y yo me pude recrear la vista. Era un chico muy atractivo, de repente el giro la cabeza hacia mí y me vio. Nos quedamos un instante el uno fijo en el otro y me sonrió.  Tenia una sonrisa preciosa y un cuerpo perfecto. Imagine que estaba en sus brazos, besándolo, pero era solo en mi imaginación. Sobre las 12 sonó el timbre de la puerta, me puse una camiseta y salí a ver quién era. Cuál fue mi sorpresa cuando abrí la puerta, era él, y estaba en la puerta con unas cervezas. 

¡Hola! pensé que como tú tampoco dormías, quizás te apetecería tomar unas cervezas conmigo.

¡Claro! no te quedes hay, entra.

Pasamos al salón  Marc, (que así se llamaba) se sentó en el sofá  mientras yo entraba en la cocina a por un par de vasos, cuando volví al salón  el me miraba fijamente, y vi en su mirada que me deseaba tanto como yo a él. De repente cogió los vasos los dejo sobre la mesa, y sin decir nada me tiro sobre el sofá  yo estaba muy sorprendida, pero me deje llevar... Marc me ponía muchísimo. Me quito la camiseta y empezó a besar mis pechos, sentí un calor asfixiante y note como mi sexo se humedecía poco a poco. Poso sus dientes sobre mis pezones y creí que me iban a estallar, en un momento se pusieron durísimos, como nunca antes habían estado, sentí unas ganas locas de despojarlo de toda su ropa y en un arrebato lo hice, tenía un cuerpo de infarto, estaba todo depiladito, lo cogí por la nuca y empecé a besarlo con pasión, mi lengua buscaba la suya, el gemía de placer. Acabamos cayendo al suelo el uno encima del otro, su pene estaba muy erecto y húmedo  listo para mi, puse mi cabeza entre sus muslos y empecé a besarlo dulcemente, el se extremecía, lo introduje en mi boca, era muy suave, no podía apartar mi boca de el, imagine como seria tenerla entre mis piernas y....

Como si él hubiera leído mi pensamiento me cogió me dio la vuelta y me puso a cuatro patas, me penetró, sentí como su pene penetraba mi trasero, un dolor agudo recorrió todo mi cuerpo, pero al momento comencé a sentir un placer aun mayor. Empezó a moverse encima de mí apretándome con fuerzas, mientras sus manos sujetaban mis caderas. No sabía que era más fuerte si el dolor o el placer que sentía y así llegue a mi primer orgasmo, fue algo genial.. Pero aun quedaba mucha noche por delante. Seguidamente sin dejarme ni respirar, giró mi cuerpo y me penetro por la vagina, aquello era genial, estábamos excitadísimos, no parábamos de movernos, el apretaba mis nalgas con fuerza, mientras yo sentía sus testículos golpeando en ellas, así de aquella manera tan salvaje llegamos los dos al orgasmo. Nuestros fluidos de fundieron dentro de mí y sentí un placer enorme. Cuando creí que todo había acabado, el empezó de nuevo a acariciarme, me besaba muy dulcemente mientras sus manos recorrían todo mi cuerpo, bajo lentamente su cabeza sin dejar de besar mi cuerpo, y de pronto sentí como sus manos separaban los labios de mi vagina, puso muy suavemente su lengua en mi clítoris y sentí que un escalofrío de placer recorría todo mi cuerpo, el siguió jugando con mi sexo y yo conseguí mi tercer orgasmo, fue algo sublime, que quede tumbada, extasiada y con los ojos cerrados, cuando por fin pude abrirlos, Marc ya no estaba, no sé exactamente lo que ocurrió, pero os aseguro que fue algo real......

sábado, 4 de mayo de 2013

La parada del metro.

Ella era una chica bastante seria y formal, o por lo menos eso era lo que pensaba la gente que la conocía, pero yo sabía cómo era realmente, cuáles eran sus fantasías y sus instintos más bajos.. Yo era su esclavo más sumiso.
Era una mañana de Mayo, una de esas mañanas que el sol brilla más que cualquier otro día  una de esas mañanas que te levantas con la sensación de que va a ser un día especial.
Salí a la calle con ganas de comerme el mundo, y cuando llegue a la parada del metro la vi  Estaba allí, de pie con un traje negro y un maletín de cuero, se veía bastante sería, o por lo menos daba esa sensación. Me coloque a su lado y la observe, ella me miraba de vez en cuando. De pronto se giro hacia mí y me pregunto la hora, tenía la voz más sensual que había oído jamás, me dio mucho morbo oír aquella voz y en un instante se agolparon en mi mente un sinfín de imágenes y de situaciones con ella, pero inmediatamente desaparecieron, ella pareció darse cuenta de mis pensamientos y me sonrió. Seguidamente vino el metro y subimos  nos sentamos el uno frente al otro y durante todo el trayecto no hicimos más que dirigirnos miradas fortuitas. 
Cuando llegue a mi destino bajé del vagón y cuál fue mi sorpresa al comprobar que ella también bajaba.
Me dirijí a los lavabos y cuando quise darme cuenta, ella estaba dentro observándome y sin mediar palabra me cogió de la mano y me llevó hacia el wáter, cerró la puerta, dejó el maletín en el suelo y se subió al wáter, yo, mientras la observaba sin mediar palabra, no creía que aquello pudiera estarme pasando, bajó sus pantalones y pude ver sus piernas y sus caderas, eran preciosas, entonces bajo sus bragas hasta los tobillos y sujetándome la cabeza con sus manos dijo: ¡ Cómeme! y yo sin pedir más explicaciones lo hice.

Metí mi lengua entre sus piernas y presioné con mis labios aquellos labios, estaban húmedos y calientes, era algo realmente delicioso, en aquel momento tuve una de mis mayores erecciones, me deleité durante largo rato, lo besé, lo chupé, lo mordí hasta que le hice gritar de placer.

Después ella se coloco su ropa, cogió su maletín y metió una tarjeta en el bolsillo de mi pantalón y sin más salió de allí dejándome solo y exhausto....

viernes, 3 de mayo de 2013

El masaje caliente.

Mi jefe, es un hombre casado, pero su mujer sale de viaje constantemente, así que, aprovechando que ella estaba fuera decidimos vernos un día después del trabajo.
Fuimos a su casa, yo últimamente estaba muy estresada y él se ofreció a darme un masaje  me quite toda la ropa y me puse boca abajo en la cama, me empezó a tocar todo el cuerpo mientras me recorría con sus labios, me besaba mientras me iba masajeando con el aceite. Me di la vuelta y siguió con mis pechos, es la parte de mi cuerpo que lo vuelve loco, los chupo y mordió todo lo que quiso antes de empezar a bajar a mi vagina, seguía masajeándome y yo cada vez estaba más caliente, me chupaba la vagina una y otra vez succionándola, yo sentía un placer inexplicable, sobre todo cuando agarraba mi clítoris con sus dedos y su lengua recorría toda mi rajita de arriba abajo. Yo ya no podía mas, me acerque a su pene y le correspondí con la misma intensidad que él me lo había hecho, mientras se la chupaba veía que se moría de placer, así que me subí sobre él y con movimientos lentos de arriba hacia abajo hasta que estallo de placer..Trato de evitarlo cuando lo veo, sé que no está bien lo que hacemos, pero no lo puedo evitar y cuando menos lo espero ya volvemos a estar de nuevo juntos... y cada vez me excita más.

jueves, 2 de mayo de 2013

A solas con mi novio.

Mi novio y yo no habíamos practicado sexo... solo nos habíamos acariciado y besado. Era viernes por la mañana y estábamos en casa con mi madre, ella tenía que salir un momento y nos quedamos él y yo solos, por fin podíamos tener algo de intimidad. 
Estábamos en mi habitación... yo era virgen...empezó a besarme, luego me subió la camiseta y me quito el sujetador, comenzó a besarme los pezones y morderlos muy suavemente, cosa que me excitaba muchísimo  Luego fue bajando mis jeans y mis pantis negros, empezó a acariciarme la vulva y poco a poco me fue introduciendo sus dedos en la vagina, ufff como me gustaba no dejaba de chuparme los pezones.. 

Yo estaba deseando sentir el placer de su pene dentro de mi...no tardo en subirse encima de mí y metermelo todo, se movía muy lentamente yo agarraba su trasero con fuerza, sentía un dolor inmenso, pero a la vez me gustaba aquel dolor y me sentía bien viéndolo a él sintiendo aquel placer... no tardo en correrse dentro de mí. Luego fui bajando lentamente hasta llegar a su pene, lo bese y me lo metí todo en la boca y no tardo en apartar mi boca y buscar mi vagina de nuevo, me volvió a introducir el pene, no paraba de morder mis pezones... gemía de placer, estaba tan excitado que rápidamente se volvió a correr de nuevo pero esta vez no fue dentro, sino en aquellos pezones que lo volvían loco... 

En aquel momento oímos abrir la puerta y era mi madre que ya estaba de vuelta. 

Ojala vuelva a venir mañana otra vez mi novio me encantaría volver a sentir otra vez aquel pene en mi boca y mucho más, en mi vagina....

martes, 30 de abril de 2013

Otra vez.

De repente ya no había más espacio. El calor se acrecentaba y el sudor comenzaba a recorrer los cuerpos. Una pierna quedó pegada a la mía, no había lugar, es cierto, pero no se movió un cm. Sentía los músculos cuando se endurecían, yo tampoco podía correrme. De pronto, se despegó a mi derecha, quedó pegado a mi espalda y ya no había misterios. La imaginación fue desbordada por la realidad, me estaban apoyando sin pudor alguno dos piernas musculosas, detrás de las mías, pegadas a ellas y en medio, a la altura adecuada, todo su miembro, ocupaba mi trasero, La tela del pantalón, parecía no existir. Lo sentía en pleno esplendor  excitado y excitante, como un apoyo soñado. Firme y gruesa empujaba sin disimulo alguno, parecía desgarrar la tela como queriendo entrar a ese lugar que permanecía firme, sin miras de alejarse, sin ganas de hacerlo. El calor aumentaba, ya el sudor mojaba todo el cuerpo y el cerebro no tenía ni tiempo ni ganas para otra cosa que no fuera imaginar el final de aquel momento. Increíble, el calor era acogedor y lubricante, el golpeteo en las sienes ensordecedor y la raya se abría sola a cada acometida. La incomodidad del viaje se volvió placer, lujuria, deseo. Que se apague la luz, que se detenga en medio del camino, que el viaje dure para que el placer no acabe, ese era mi único pensamiento. El cerebro bombeaba sexo y ya nada importaba. 

La mano izquierda se fue deslizando lentamente hacia atrás, forcejeó entre el poco espacio de las piernas pegadas y al final pudo, con gozo y temblor, agarrar al culpable de tal desatino, el partido debía continuar. Él se retiró un poco y amplió levemente el espacio. El cierre no opuso resistencia alguna y su miembro mojado y tembloroso se envolvió en su mano. Se notaba que estaba a punto, la explosión final estaba en la puerta de esa cabeza mojada y ya no tenía manera de retroceder. La mano envolvía y acariciaba el miembro, solo esperaba sentir sus dedos untados con aquella leche pegajosa. Una sacudida de repente pareció ser la señal y aquella leche esperada pintó manos y dedos. El pantalón mojado y la leche bajando por las piernas de su dueño. Seguí dos segundos más y escondí la mano como pude, pero no quise impedir que mis dedos fueran a mi boca y mi lengua limpiara con ardor esa leche que se fue depositando en mi garganta. Ya estaba llegando a mi destino, aun lleno, como mi boca. Una rápida vuelta me hizo quedar frente a frente con el culpable de tanta locura, un rápido beso de lengua marcó el principio de algo que exigía continuar. Bajamos juntos felices y sin sentirnos culpables de lo ocurrido

lunes, 29 de abril de 2013

Casi un sueño.

Eran las doce de la noche, salí de la ducha y mientras me secaba el cuerpo, escuché un ruido en el salón  Como hacia muchísimo calor salí del baño sin ropa, estaba totalmente desnudo, me asomé al salón pero allí no había nadie. Termine de secarme y me fui a la habitación para acostarme. Desde el pasillo vi que de la puerta del dormitorio salía una tenue luz rojiza, extrañado me acerque y al abrir la puerta me sorprendí muchísimo. La habitación estaba totalmente transformada, parecía salida de las mil y unas noches. Cuatro velas rojas, colocadas una en cada esquina eran las que proporcionaban aquella luz suave y embaucadora, había unas baritas de incienso aromático que desprendían un olor muy agradable. La cama cubierta por unas sabanas negras de seda, que jamás había visto. Encima de ella había como un centenar de pétalos de rosas y una tarjeta con algo escrito. Me acerqué hacia la cama, cogí la tarjeta la leí, solo tenía escrito una frase "Date la vuelta". Una extraña sensación me recorrió todo el cuerpo, me giré y allí estabas tú. Llevaba puesto un conjunto de lencería impresionante, con sus medias y ligero.
Era un conjunto de color blanco y de un encaje que dejaba ver  lo que había debajo. Llevaba unos zapatos de tacón de aguja. Su piel tenía un color dorado. Me quedé sin palabras, era impresionante, jamás me había ocurrido algo así. Se acerco a mí y de un empujón me tiró sobre la cama, luego puso música y empezó a desnudarse, el corazón me latía a diez mil revoluciones por minuto. Sus manos recorrían mi pecho, con una voz muy suave me dijo "Hoy mando yo" me hizo el amor una y otra vez con una fuerza elevada, pero con mucha dulzura. Empecé a gemir, ¡cuanto placer! ella también gemía de placer. Tuvimos al menos tres orgasmos, estábamos súper excitados, como nunca lo habíamos estado. Ella me empujaba cada vez mas hasta que empezamos a estallar en un orgasmo mutuo que nos hizo estremecer. Aquella noche fue una noche muy especial para mí, jamás la olvidare...

domingo, 28 de abril de 2013

Fantasía lésbica en la playa.

Tendida sobre la arena de la playa, el deseo, al ver el cuerpo de aquella mujer a pocos metros de mi. Ella iba acompañada de otra mujer, jugueteaban desnudas a la orilla del mar, se tocaban los pechos y se echaban agua como si estuvieran solas.

La más guapa de las dos se fue hacia su toalla, tenía unos pechos grandes y firmes que se balanceaban suavemente cuando caminaba. Se estiró en la toalla, estaba mojada, el agua descendía de sus cabellos.

Se estiro boca arriba con las piernas abiertas y no pude evitar mirarla, tenía una vulva sonrosada, apenas cubierta por una línea de vello rubio. No le podía apartar la mirada, me daban ganas de acercarme a ella, abrir sus piernas y hundir mi boca en aquella vulva tan apetitosa que imaginaba húmeda y salada a la vez.

De pronto comenzó a llover, una lluvia fina que incitó a muchos a marcharse, pero ella se quedó, sola, sin su amiga. Yo no paraba de pensar en ese cuerpo y veía en su presencia que ella quería lo mismo que yo.

Me armé de valor y me acerqué a ella. Empecé a hablar con ella pero mis ojos me traicionaban fijándose en sus pechos sin apenas disimulo. Para mi sorpresa, ella al darse cuenta cogió mis manos y las acercó a sus pechos. Su tacto era delicioso y no dudé y acerque mi boca a uno de sus pezones y empecé a lamerlo mientras mi otra mano pellizcaba el otro pezón. Ella empezó a gemir, fui bajando por su cuerpo y le abrí las piernas suavemente. Tenía una vulva perfecta, sonrosada con los pequeños labios dibujados y el clítoris pequeño y suave.

Empecé a chuparla, mi lengua dibujaba cada pliegue, lo succionaba, lo lamía en círculos, suavemente sin parar hasta que empezó a correrse, seguí chupándola mientras su vulva se retorcía entre mis labios hasta volver de nuevo a tener otro orgasmo. Yo no podía apartar mi boca de allí.

Los pocos bañistas que quedaban en la playa no daban crédito a lo que acababan de ver, pero a mí solo me importaba el placer que le estaba dando a aquella mujer desconocida. Cuando acabe, ella, me besó en la boca y me dijo que nunca había tenido sexo con otra mujer y que había disfrutado mucho. Yo le confesé que era mi primera vez también, nos dimos los teléfonos y nos prometimos llamarnos cuando nos apeteciera una buena sesión de sexo.

Ayer recibí un mensaje suyo que me decía "Esta vez te tocará a ti"....

sábado, 27 de abril de 2013

El masaje.

Era el cumpleaños de Sandra, mi mujer. Quede con una amiga suya, Carmen, que era masajista, para darle una sorpresa. La idea era vendarle los ojos y darle un masaje a cuatro manos, hecho por Carmen y por mí, y que luego, Carmen marchara y nos dejara solos para acabar bien la noche.

Cuando Sandra llegó a casa, Carmen esperaba en una habitación. Yo le tenía la bañera preparada y la invite a relajarse, mientras le servía una copa de vino. La habitacion estaba ambientada con muchas velas y una música relajante de fondo. A los quince minutos le dije que saliera del baño, la cubrí con la toalla y le fui secando todo el cuerpo con mucha delicadeza, después cogí una venda negra y se la puse en los ojos. Ella no se imaginaba la sorpresa que le esperaba. Le dije que se tumbara boca abajo en la cama. Fue entonces cuando llamé a Carmen, que esperaba pacientemente su momento. Cogió el aceite y se lo roció por la espalda, comenzó a darle el masaje. Al poco rato entré yo a participar del mismo, Sandra no dejaba de preguntar quién era la otra persona. Yo le dije al oído que disfrutara aquel momento. Carmen parecía no ver el momento de marchar, y yo no sería el que le dijera que marchara, pues aquella situación me estaba dando mucho morbo, cada vez hacía más calor en la habitación. Cada vez estaba más excitadísimo. Carmen llevaba una camisa blanca con un generoso escote que le dejaba entrever un buen par de pechos.

Yo cada vez estaba más cachondo, así que cogí las manos de Carmen y las acompañé hacia el trasero de Sandra para que continuara el masaje por esa zona, mientras, ella me miraba con una sonrisa pícara, cada vez estaba más implicada en el masaje... Sandra se iba moviendo, fruto de la excitación que le producía aquel masaje. Mientras, y viendo que Carmen parecía estar muy excitada también, me puse detrás de ella, y con mis manos le agarraba los pechos... No dijo nada, continuó masajeando el trasero de Sandra mientras yo le quitaba la camisa. No me podía creer aquella situación.

Entonces le dije a Sandra que se diera la vuelta. Le rocié aceite en los pechos, cogí las manos de Carmen y las acompañe hasta sus pechos. Sandra gemía de placer. Carmen fue bajando poco a poco, hasta que se quedó tumbada en la cama al lado se Sandra. Mi pene estaba a punto de estallar. En aquel momento Carmen comenzó a pasarle la lengua por el clítoris a mi mujer, Sandra al principio no quería, pero poco a poco fue sucumbiendo, y acabó entregada a Carmen, hasta el punto de llegar a fundirse en un 69 que no olvidaré jamás....Sandra nunca había estado con una mujer, nunca le habían gustado... simplemente la situación las llevó a ello...

Yo comencé a masturbarme viendo la escena, Carmen entonces comenzó a comerme el pene mientras Sandra seguía acariciando a Carmen. Era súper excitante...

No tardé mucho en correrme en la cara de Carmen... dejándole todo mi semen en su boca... Después, Carmen y Sandra siguieron tocándose hasta llegar al orgasmo....

viernes, 26 de abril de 2013

Ella.

El sol, la lluvia, el cielo, las hojas estrepitosas, el viento, ojos que brillan y su boca. Todo un conjunto de luminosidad, un manojo de vida blanda como el agua.

Circula por las venas, como un torrente de abejas, se esconde, nace, se ríe. Baja como esquirlas heladas, por las arterias de madera. Esa vida, esa tenue vida.

Y de pronto el nubarrón, la luz artificial de la calle, la llovizna, el roce. El chapotear de los tacones en las baldosas. La esquina estaba libre, el encuentro seria fulminante.

Del otro lado de la calle la penumbra, el latir de un corazón galopado, rechinante.

Inconfundiblemente se encontraron, el calor en su cara aliviaba el viento helado y la gabardina solo era una ilusión de abrigo.

Se escondieron juntos como niños, se rescataron, se mimaron, se lamieron, se rieron, y continuaron el paseo. Se amaron incansablemente entre las calles oscuras. Solo la brisa de la noche y las finas gotas fueron testigos del consumado hecho.

Ellas tan finas, recorrieron sus cuerpos fatigados, ellos tan poseídos saciaban su sed. Mientras las luces seguían escondiéndose en la bruma otoñal, ellos, se persiguieron. Corrieron de la mano, se perdieron.

Se extraviaron entre uno y otro, se asfixiaron, y volvieron a nacer entre sabanas blancas como campos de jazmines.

Mientras acariciaba sus piernas torneadas, ella, besaba su cuello y su cabellera rojiza rozaba sus hombros, el alborotadamente pegaba su cintura a la de ella y deslizaba sus manos desde el muslo hacia la cintura, luego los senos, ella enloqueció de amor y subió encima de el, y en un sin fin de caricias, roces y húmedos besos se fue la noche.

El sol les dio en la cara, ellos, alterados, se miraron, ella cogió las medias del suelo alteradamente, se colocó el sujetador, se puso la falda y la camisa. En tanto él, la miraba tendido en la cama blanca, revoltosa, inmune a la soledad. Se miraron, se sonrieron, se abrazaron y el la beso profundamente. Dejo la habitación, en su camino, la estela de su perfume se mezcló con la cotidianida..

jueves, 25 de abril de 2013

Sexo en el cine de verano.

Todo sucedió una calurosa noche de verano, era un recinto al aire libre, vallado por los cuatro costados y con una pantalla gigante al fondo. Había sillas en todo el local y un pequeño espacio detrás de la última fila de asientos.

Cuando entre, la película que ponían aquella noche ya había comenzado, los asientos ya estaban todos ocupados y tuve que ponerme de pie, detrás de las últimas filas.

La noche era muy calurosa, pero allí soplaba una ligera brisa que hacia la noche más agradable.

Al cabo de un rato vi entrar una pareja, como no había asientos libres decidieron quedarse a mi lado, no presté demasiada atención, pero al poco rato vi como se iban acercando a mí, en aquel momento me empecé a fijar en aquella mujer, la pantalla permitía ver casi perfectamente su silueta, era una mujer de unos 40 o 45 años con un trasero y unos pechos de infarto, vestía con una camiseta de tirantes que dejaban ver aquellos maravillosos pechos, y una minifalda  súper pequeña,

A partir de ese momento dejé de prestarle atención a la película para prestársela a esa chica, solo pensar el poder acariciar aquel culo me puse muy caliente, y mi pene se empezó a poner muy duro, decidí acercar mi mano a su trasero y lo rocé de manera muy suave. Permanecí así un rato comprobando que la mujer no hacía ningún gesto para apartarme la mano, lo que me acabo provocando una tremenda erección por lo que intensifique la presión de mi mano sobre su trasero. Mi sorpresa fue que no rechazo mi gesto sino que noté que cada vez estaba mas pegada a mí, así mi mano podía recorrer todo su trasero, a ella le gustaban mis caricias, pasaba mi mano de un lado a otro y le introducía mis dedos. Ella no solo no decía nada sino que cada vez estaba más cerca de mí. Me coloque detrás de ella y empecé a rozar mi pene contra su culo. La mujer también estaba a 100 y disfrutaba con mis caricias, cada vez se acercaba mas a mi pene erecto, lo que aproveché para meter mi mano por debajo de aquella minifalda tan corta y cogerle todo el culo con mis manos. Ella ni respiraba, su diminuto tanga hacia que sus nalgas estuvieran desnudas a mi merced. Mi pene estaba a punto de estallar.

El acompañante de la chica parecía no enterarse de nada, estaba muy entusiasmado con la película, así que me atreví a sacar mi pene fuera del pantalón y metérselo en aquel enorme trasero, mientras con mi mano le acariciaba dulcemente aquellos enorme pechos, mientras mi pene estaba aprisionado entre aquellos glúteos, no tarde en correrme dentro de aquel culo tan maravilloso, me separé un poco y ella me cogió el pene acariciándomelo, supongo que en señal de agradecimiento.

Su acompañante seguiía ajeno a todo, o quizás no quería enterarse de lo que estaba pasando, nunca lo sabremos...

Pero mi velada de cine, fue "DE CINE"

martes, 23 de abril de 2013

El profe de Gimnasia.

La llegada de  Javier nos impacto a todas, él era nuestro profesor sustituto de gimnasia. Menudo hombre, era guapísimo con un cuerpo de escándalo, no hacía más que recibir halagos por parte de las demás chicas, en aquel tiempo más de una se le había insinuado.. Nunca decía nada, algunos de nuestros compañeros decían que seguro que era gay porque era imposible que un hombre al que le gustaran las mujeres, hubiera ignorado a aquellas chicas tan guapas que se le habían insinuado. Yo me considero una chica que estoy bastante bien físicamente, soy muy alta, rubia ojos verdes y un cuerpo bien estilizado... Siempre me mantuve distante, nunca le hice ningún comentario ni nada, y eso que me gustaba a morir..

Un día al finalizar la clase de gimnasia le busque la mirada y se quedo desconcertado, seguidamente me fui a las duchas, al abrir el grifo tuve problemas, estaba roto y salió toda el agua disparada contra mí. Me quede toda mojadita, el pelo, la ropa.... corrí fuera para avisar, pero no quedaba nadie ¿Donde estaba todo el mundo?. Volví dentro y cuando entre escuché a alguien, ¡era él! Apoyado en la puerta mirándome de arriba abajo, totalmente mojada, con mis pezones en punta... Me quede muerta cuando le vi, las únicas palabras que dijo fueron: que guapa estás Blanca. ¡Dios! me dio un escalofrío por todo el cuerpo. Se acercó cogió una toalla y me la puso por encima, me abrazó ¡estas congelada! No daba crédito a lo que me estaba pasando, jamás pensé que lo tendría tan cerca. Lo miré y sin pensármelo dos veces lo besé, nos besamos apasionadamente, dejé caer la toalla y me quite la camiseta, puso su mano sobre mi pecho y la apretó, yo puse mis manos sobre su sexo y lo acaricie, estaba totalmente duro, le baje el pantalón  le saque el pene y comencé a masturbarlo, me agaché y me lo puse en la boca, era grande y gordo, se la chupé durante un ratito...me levante y nos volvimos a besar, luego me cogió y me llevo a la ducha, me quito el pantalón y el tanga y abrió la ducha, nos empezó a caer el agua mientras nos acariciábamos, me introdujo sus dedos, dios que gusto... Se agacho y empezó a lamerme el clítoris mientras seguía con sus dedos introducidos en el, muy delicadamente, que placer... no pude aguantar mucho y acabe teniendo un orgasmo. se incorporo, me beso y siguió tocándome los pechos. Me colocó de espaldas contra la pared y me penetró, poco a poco y muy lentamente, estaba consiguiendo que empezara a tener mi segundo orgasmo, comenzó a empujar cada vez mas fuerte...gemíamos de placer, hasta que acabamos corriéndonos al mismo tiempo... siguió besándome el cuello mientras yo le acariciaba su pene, me cogió me levantó y me volvió a penetrar de nuevo, me cogió por la cintura y me movía con gran agilidad  arriba y abajo.. Cada vez más fuerte. Me apoyo contra la pared y seguía, no podíamos dejar de gemir, me arrodille y me puse su miembro en mi boca, empecé a lamerle todos los jugos que lo cubrían.. No tardó en correrse de nuevo. Nos besamos durante un largo rato y terminamos de darnos la ducha.

A partir de ese momento cuento los minutos que faltan para la siguiente clase de gimnasia....


lunes, 22 de abril de 2013

El aniversario

Santi como casi todos los hombres tenía fantasías sexuales, tenía varias pero su favorita era compartir a su mujer con otro hombre, infinidad de veces cuando hacía sexo con ella imaginaba que había otro chico con ellos. Él nunca se había atrevido a proponerle nada a ella.

Ese año celebraban su tercer aniversario de bodas y Sandra decidió sorprender a su marido y regalarle algo especial...

A media tarde Santi recibió un wasap que decía (espérame en esta dirección a las 10), estuvo muy nervioso el resto del día, intrigado, no entendía nada. Cuando llegó la hora se dirigió al lugar indicado, era una especie de hotel, en la entrada había una recepcionista detrás de un mostrador, las paredes de la entrada estaban forradas de una especie de moqueta de color rojo, y se notaba un olor a coco muy agradable. Se acerco a la chica dio su nombre y ella con una sonrisa picara le entregó una llave en la que había inscrito el numero 12... En el primer piso a la derecha, le indico muy amablemente la chica, con la llave en la mano y completamente perdido se dirigió hacia allí. 

La habitación tenía un pequeño recibidor, a la izquierda había una puerta que estaba cerrada con llave, encima de la mesa del recibidor una nota que decía... (cariño, desnúdate y túmbate en la cama). Mientras se desnudaba le pasaron cientos de pensamientos por la cabeza, le daba morbo aquella situación.

Las paredes estaban forradas de espejos, la habitación se iluminaba por unas velitas rojas y blancas, era una iluminación más bien pobre, se tumbó boca arriba en la cama y esperó...

Al cabo de unos minutos vio la silueta de su mujer en la puerta de entrada, caminaba muy despacio hacia él, la única ropa que llevaba puesta era un minúsculo tanga, llegó a los pies de la cama y apoyando las rodillas gateó hasta llegar a su cara, le puso un dedo en los labios haciéndole callar... Gateó hacia atrás y al llegar a la altura de su pene, se lo introdujo en su boca, lo repitió varias veces cada vez más rápido, apretó los labios y aflojó la marcha, e aquel momento vi una sombra aparecer por el mismo sitio donde minutos antes había aparecido Sandra, aquella sombra cada vez se iba acercando mas y mas... al llegar a donde estaban ellos a Santi le explotaron los sentidos, sentía el placer del miedo... aquel tipo se apoyó sobre su mujer y le miró. Era un hombre de raza negra muy corpulento, ella empujó hacia atrás y el tipo aquel comenzó a frotarla, después bajo sus manos y le cogió los pechos, ella emitió un gemido que a Santi le hizo tener su primer orgasmo. El chico negro se subió de pie en la cama y esperó.. Sandra se incorporó y se quedó mirando los ojos de Santi, después ella se giró hacia el chico y metió la cabeza entre sus piernas. Santi se quedó mudo sin poder quitar la vista del miembro de ese tipo mientras su mujer se lo empezó a chupar y a masturbarle. 

Santi no podía dejar de mira en el reflejo del espejo como el negro levantaba a Sandra y la colocaba a cuatro patas, se ponía detrás de ella, se arrodilló, le aparto el tanga y le introduzco todo aquel pene... Ella comenzó a gemir y el negro comenzó a moverse... ella no paraba de gemir mientras el negro vaciaba sobre su espalda el resto de flujos que le quedaban, esa escena duró varios minutos hasta que el tipo paró y desapareció de la escena,  se quedaron los dos solos durante horas, sin moverse ni hablarse.

Volvieron a la rutina diaria y jamás sacaron el tema, como si no hubiera ocurrido, pero cuando hacían el amor, Santi ya no le comentaba ninguna fantasía , revivía los momento de ese día y se hundía en el placer de los gemidos que ella daba, recordando aquel aniversario...

domingo, 21 de abril de 2013

Viaje nocturno.

Estábamos recién casados, salíamos de un concierto, íbamos para casa y cuando fuimos a coger el autobús, éste estaba lleno.

Mi marido y yo subimos al autobús y buscamos un asiento donde los dos pudiéramos viajar juntos, pero fue imposible. No había alternativa y me tuve que sentar en un asiento donde un extraño seria mi compañero de viaje. Mi marido se fue a sentar casi al final de los asientos traseros del autobús. Esperamos media hora y el autobús salimos rumbo a nuestro destino.

El tipo que viajaba a mi lado parecía estar ebrio, olía a licor. Me acomode en mi asiento y trate de dormir. El conductor del autobús apago la luz del interior, todo el mundo en silencio, quizás por el cansancio del concierto. Me quede dormida y de repente sentí que alguien me acariciaba la mano. Soy muy tímida y no quise montar el numero, el que me acariciaba la mano era mi compañero de viaje, al principio me asuste, pretendí no hacer caso, pensar que había sido por error, quizás ya no me molestara mas, pero me equivoque y parece que no fue suficiente y esta vez cogió mi mano y se la puso encima de la cremallera de su pantalón.. pensé en gritar, pero me dio miedo su reacción y le deje que siguiera haciendo. Poco a poco sentí como se le iba hinchando su pene y me detuve, pero él me cogió la mano con más fuerza y seguía acariciándose su pene con mi mano. Abrió la cremallera de su pantalón y con su abrigo tapaba mi mano, sacó su pene y me lo puso en mi mano, lo tenía muy duro, al principio me negué, pero me apretaba la mano con insistencia, y al final accedí. Él mismo se masturbaba ayudado con mi mano, el hombre tenia un pene muy grande y al final me comencé a emocionar. Me empezó a gustar ver cómo le hacía sentir placer "sigue, sigue, no pares" me decía él con una vez muy suave. Cerré los ojos y comencé a soñar cómo sería sentir ese pene dentro de mí, y las hormonas se me despertaron. Saque un pañuelo del bolso y disimuladamente  le tape el pene para que cuando se corriera no desparramara su leche por toda su ropa, no tardo mucho en producirse dicha acción, aun no me había dado tiempo a cubrir su miembro con el pañuelo y me lleno de leche la mano. Después metió su mano por debajo de mi falda y empezó a masturbarme hasta  lograr que viera las estrellas , por un momento, fue increíble..

Mire a mi alrededor y vi que el resto de pasajeros seguían ajenos a lo que había sucedido en nuestro asiento. Después de esto volvimos a conciliar el sueño y dormimos hasta llegar a nuestro destino. Al finalizar el trayecto me levante del asiento y ni siquiera le dije adiós a ese hombre con el cual había vivido una aventura que nunca imaginé poder vivir.... 


viernes, 19 de abril de 2013

La octava maravilla.

Te recuerdo con las manos semiatadas, las yemas de mis dedos recorriendo tu cuerpo, agitándote con cada roce entre agudos gemidos. Mirando tus ojos sentí la calidez de tu piel lechosa bajo la prenda ligera que cubría tus pechos. Me enamoré de ti al primer instante, de tu belleza y tu fragilidad. El instinto me llevó a intentar retenerte y ahora comprendo que fue mi mayor error...

El destino vertiginoso ha provocado que volvamos a encontrarnos en este lejano paraje. Añoro mi hogar y el breve tiempo que allí pasamos juntos, pero tu llamada ha hecho renacer el amor que siempre sentiré por ti, al tiempo que rebrota el animal que en mi interior intenta protegerte. Deja que contemple por última vez tus rubios cabellos ondularse al viento, asi, rodeando tu cintura con mis recias manos..

Moriré sabiendo que entre lágrimas, siempre recordaras que yo, te amé tal como llegaste a mí, aunque nuestra unión sea imposible...

jueves, 18 de abril de 2013

Un cierto sentido.

¡Por fin! Piensa Carlos al tiempo que se tumba extenuado en la cama matrimonial. Durísima jornada laboral la de Carlos. Y extensa: 15 horas en la oficina y todo el tiempo con esa inquietante sensación de desespero, con la frustante amargura de presentir que todo se va al carajo ¡tanto esfuerzo tirado por la ventana! Todo por culpa de la crisis, la puta crisis.

Su mujer le da la espalda, está desnuda. Carlos  se acomoda en el cuerpo de ella buscando la ergonomía de los miembros, se acurruca en la calidez del contacto y respira hondo. Por arte de magia los pulmones se le ensanchan y las cervicales se distienden. Su pene, independiente de cualquier acto voluntario, se posiciona entre las nalgas de ella brujuleándose sin motor y aparcándose comodamente en el mullido espacio entre ambas. Qué gracia divina disponer de ese acogedor parking nocturno donde los problemas decrecen y las bonanzas se inflaman, donde lo estéril fermenta en fecundo y donde los sinsabores de la vida adquieren un cierto sentido...

miércoles, 17 de abril de 2013

El imperio de los sentidos.

Quémame suavemente con tus ojos, deslízalos como tú sabes por cada rincón de mi cuerpo mientras desnudas mi deseo más profundo, que tu respiración me queme los labios mientras buscan el color de tu piel tras la penumbra de este fuego que nos invade, regálame los oídos mientras tus palabras se sumergen bajo mis tirantes haciendo viajar la excitación mas allá de otros mundos, vísteme con tus manos mientras me diseñas el traje que nos envolverá antes de que lo hagan esas sabanas de nuestro lecho, lugar donde no hay misterio, ni preguntas, tan solo respuestas y onomatopeyas, ragálame esa mezcla de juego y fuego chispeante, regálame ese volcán bajo tu piel y llévame con él a ese sueño irrecuperable donde puedan hablar nuestros sentidos en silencio, donde griten aquellos gemidos ahogados por momentos de silencio, elévame porque mi piel ya no desea tocar el lecho, sino esa otra dimensión de espacio tiempo donde tan solo cabe esa mezcla de dos cuerpos fusionados entre sudor, color y aroma. Todo vuelve, todo pasa, vuelve la calma, el deseo duerme ya bajo el secreto de nuestra memoria, nuevamente despertamos sobre el lecho, el nuevo día nos recuerda nuestra despedida.

lunes, 15 de abril de 2013

En memoria de Inés.

He intentado olvidarla, doctor. No recuerdo ya su nombre completo, ni el color de su utilitario, ni la dirección de su casa, ni siquiera la fecha de su cumpleaños pero hay algo de ella que me persigue hasta en sueños: el reflejo de su silueta deliciosamente desnuda en la cristalera de mi dormitorio. Su cuerpo arqueado y sumiso esperando a recibir el mío por detrás para abocarnos juntos hacia un perfecto orgasmo. La necesidad animal de agarrarle el culo con fuerza como si tuviera miedo a que se me escapara entre las manos... recorrer sus pechos con mis dedos helados sintiendo en sus pezones la dureza de la excitación compartida... navegando en la humedad de su deseo... disfrutando del sexo juntos como dos dementes sin pensar en un mañana... sin hacernos preguntas...

¡No puede ser normal...! ¡Creo que estoy enloqueciendo! Hay noches en las que me despierto, acompañado por supuesto y como siempre de Ana, y veo su imagen junto a la puerta pidiéndome con la mirada que no la mate del todo. No sé si aprender a vivir con el fantasma o buscar algo realmente poderoso que la volatice de mi alma definitivamente... aunque reconozca ahora que sigo echándola de menos.

domingo, 14 de abril de 2013

Como un flash.

Las imágenes, los sucesos, transcurrieron como si de un flash Metz se tratase, Así es como lo recuerdo: Sus ojos clavados en mi trasero. Mi vista viajando a su abultada entrepierna. Chispas en el espeso aire, vicioso, atando nuestros cuerpos. Trémula su mano posada con tiento en la piel de mi muslo, subiendo despacio y arrastrando la tela incauta. Dedos calientes, gruesos, siniestramente lentos llegando hasta mi centro. Su boca voraz se arroja y precipita en caída libre hasta impactar contra mi pecho. Muerde el borde de mi escote. Lo arranca de un solo tirón. El pecho derecho sale despedido del vestido. Un pezón turgente y rosado es atrapado por sus sabios labios. Dientes torturándolo. Separa mis piernas con la rodilla. Violento. Suspiro. Jadea. Jadeo. Tacto perfecto dentro de mi sexo, notando las yemas de sus dedos palpar con acierto el punto correcto. Reclino la cabeza y gruñe ahora en mi oído, mordisqueando mientras el suave lóbulo encendido. Más fuerte. Veloces latidos. Sangre derrapando. Estrangulados gemidos. Grito. ¡Grito! Descargo en su palma y me sorprendo al ver que relame esos dedos con los ojos cerrados. El ascensor abre sus puertas y, sin un adiós, me despido...

sábado, 13 de abril de 2013

El clic.

Su marido esperaba en el puerto de Atenas para disfrutar una travesía en velero por las islas acompañados de una docena de amigos comunes. Un excelente regalo para recuperarse de la operación que había sufrido recientemente.

El viaje en el autobús resultaba pesado, un apuesto joven que viajaba a su lado le ofreció amablemente una revista para hacerlo más ameno.

A Claudia le sorprendió sentirse identificada con la mujer de aquel tebeo, se trataba de un comic titulado "El Clic". No pudo evitar excitarse leyendo la aventuras eróticas de aquella historieta. Cerró los ojos imaginando ser la protagonista, abriendo levemente las piernas al sentir el deseo fluir en su vientre. 

Al llegar, devolvió el comic al hermoso joven totalmente ruborizada. Mayor fue la sorpresa al descubrir que viajaba en el mismo velero que contrató su marido.

Tomaba el sol en cubierta, contemplada a escondidas por el misterioso joven, cuando sintió aquel intenso cosquilleo recorrer el interior de su cabeza...

¡¡¡CLIC!!!

viernes, 12 de abril de 2013

Concupiscencia.

Se conocen de toda la vida. Jamás ha habido nada entre los dos. Salvo esa sensación eléctrica...

No puede ser, perderían demasiado, sus mundos acabarían dañados.

Pero cada vez que se ven, sólo durante el tiempo que dura una mirada, pasa por sus mentes la fugaz idea...

¿Cómo sería?

En realidad, lo saben. Lo han fantaseado demasiadas veces. En todas las situaciones, en todas las posturas, con todas las palabras, las miradas y los silencios.

En todos los demás aspectos, casi ni se entienden. No se trata de romanticismo... es sólo sexo. Atracción irracional. Química. Deseo.

Separados por demasiados kilómetros, cada uno en su cuarto, a su manera, dedica al otro su pasión. Su lubricidad y sus jadeos.

Él ha imaginado tantas veces su cuerpo y sus reacciones que sabe de sobra cómo actuar. Acompasa las imágenes con los vaivenes de sus caderas, cómo sabe que a ella le gustaría, sabe que esa es la manera, sabe que esa sonrisa lasciva que mantiene durante todo el proceso es exactamente lo que ella quiere de él...

Ella, torbellino, imagina las palabras exactas que le susurraría con mirada impertinente, restregándose entera contra las sábanas. Sabe que no es lo que le haga, si no lo que le diga mientras se lo haga..

Y así, pasan los años.

Mejor seguir así, la realidad podría ser decepcionantemente.. real.

 

miércoles, 10 de abril de 2013

Sandra.

Sandra salió de la ducha y sin apartar sus ojos de la imagen de su cuerpo desnudo reflejada en el espejo, expuso su larga y negra melena al flujo de aire caliente procedente del pequeño secador de viaje que sujetaba con su mano izquierda, mientras en su mano derecha un peine de elaboración muy delicada, especial para el pelo largo, separaba sus cabellos color azabache.

Su cuerpo reaccionó con una sensación de calor muy agradable cuando sintió que algunos mechones, oscilando ingrávidos, acariciaban sus pechos al compás de las ráfagas de aire. Recogió la bata de seda azul celeste y con movimientos delicados la deslizó sobre sus hombros, deleitándose con su tacto suave y fresco.

Se encaminó hacia el dormitorio y reguló la polícroma lámpara, consiguiendo una atmosfera de tonos fucsis. Abrió la ventana y dejó que el sonido de la calle inundara la habitación. Le gustaba oír a los hombres charlando de sus cosas en la puerta del bar que había bajo su apartamento.

Tumbada en la cama se abandonó a los sentidos y estos la inundaron sintiendo la suavidad de la seda y las voces masculinas que penetraban en su mente mientras se mezclaban con la imagen de labios sensuales que pinchaban al besarlos. Su excitación la sentía como oleadas de calor que la hacían arder de placer. Acarició sus pezones y deslizó la mano rozándose tímidamente el sexo que deseaba ser tocado.

Sin pausa comenzó a sentir que todo se agolpaba y pensó en los hombres de voces varoniles, mientras con movimientos de contracción descargó andanadas de semen sobre la bata de seda azul celeste, quedando relajada mientras el espeso y translucido liquido resbalaba entre sus dedos. 

 

Foto y relato dedicado a uno de mis seguidores, "Santiago" tú ya sabes de qué va...
Espero que te haya gustado.
Un besito.