Eran las 12 de la noche, subimos las escaleras y empezamos a buscar nuestra habitación, mientras
que la pareja que subía, se percató de nosotros. Nos miraron de manera rara.
Nosotros disimulamos, llegamos a la habitación y la abrimos lo más rápido
posible. Entramos, ya en la habitación, llamamos al recepcionista para que nos trajeran algo para beber.
Ella se sentó en la cama y empezó a observar detenidamente la
habitación como si estuviese imaginándose las travesuras que haríamos luego. Yo
hice lo propio y me puse a su lado, ella me miro y empezó a besarme el cuello.
Yo empecé acariciar sus pechos, las presionaba con fuerza y eso la excitaba
más, de pronto se escuchó la puerta.
–Era el camarero –
Nos detuvimos un momento, abrí y me entrego una botella de
cava bien fría. Nos servimos una copa. Ella se sentó encima de mí y empezamos a
besarnos sin reparo ni control. Yo empecé a besarle el cuello, mientras mis
manos agarraban sus pechos y su trasero. Al mismo tiempo ella frotaba su vagina
con el grosor de mi pene erecto, que ya estaba en posición para penetrarla. Fui
bajándole su vestido y así mismo mi boca también descendía hacia sus senos
hinchados por el calor del deseo y esos pezones que invitaban a
morderlos. Mientras lamia sus pechos, ella me quito la camiseta y también
hizo lo propio. Luego se levantó un poco el vestido y mis manos agarraban y metía
mis dedos en su vagina y en su trasero que ya estaban bien mojados y
lubricados. Sentí su ano bien apretadito y esas nalgas que daban ganas de penetrarla.
Después la subí a la mesa, le quite su tanga y empecé a chupar y lamer con
mucho placer y delicia su vagina humedecida por mi sexo. Seguí lamiendo su
clítoris ella empezaba a gemir descontroladamente. Introduje mis dedos y
empezaba a moverlos de un lado a otro dentro de su vagina, a ella le estaba
gustando. ella no pudo más, se levantó, se arrodillo, me bajo la cremallera y
luego el pantalón. Empezó a lamer por encima de mi bóxer que estaba húmedo.
Sin pensarlo me bajo el bóxer y empezó a chupármelo como solo lo sabe hacer una
chica bien experimentada, fueron unas lamidas espectaculares, nunca nadie me había
echo un sexo oral tan espectacular como ella, después lamió de mi pene que le esperaba con su lechecita en la punta del glande. Se tomó todo mi semen, luego succiono mi pene. Realmente me hizo ver las estrellas.
Ya estaba en mi clímax, la coloque en la cama, puso sus piernas en
mi hombro, su vagina estaba muy apretadita.
Empecé a frotarla con mi pene, golpeándola. Después introduje mi pene en su vagina
y empecé a meterlo suavemente hasta que entro todo, ella me apretaba hacia
ella sin soltarme. Así estuvimos varias horas, cambiando de posturas, hasta
acabar con todo su cuerpo cubierto por mi corrida.
Ambos quedamos agotados, fue una experiencia inolvidable. Pero
desde aquella vez jugamos a ser amantes….
Eres un encanto, una preciosidad y tienes un cuerpazo que seguro hace disfrutar mucho
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