Allí tumbado en la camilla, pensaba que
desde que Anna se marchó no había vuelto a tener sexo con nadie y no porque no
hubiera tenido ocasión, si no porque algo me hacía rechazar a todas, no eran
Anna.
Ninguna se movía con la elegancia que ella lo hacía sobre los tacones,
sobre los patines o descalza corriendo por casa. Ninguna me miraba y me dejaba
sin respiración...
No hay mujer en el mundo capaz de ponérmela dura sólo
con
una mirada.
jueves, 28 de enero de 2016
miércoles, 27 de enero de 2016
January 27
No encontré a nadie que me motivara, hasta que llegó un hombre con pinta de ejecutivo, bastante atractivo, bien vestido de unos 40 y tantos años.
Vamos, lo que se dice un ‘madurito’ resultón.
Nunca me hubiera imaginado que me fijaría en un hombre maduro, pero la verdad es que no había nada mejor.
Si alguna de mis compañeras me hubiera dicho que me enrollaría con un hombre tan maduro, hubiera pensado que estaban locas.
Noté como se fijaba en mí, cosa que me halagó
martes, 26 de enero de 2016
January 26
Llene mi cuerpo de crema y perfume y me puse un conjunto precioso negro y rojo con ligero y medias de encaje mi blumer era negro de licra lo cual hacia ver mi trasero bonito y apetitoso.
Llego el momento tan esperado, mi marido llegó a casa y noto rápidamente algo diferente, recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, tenia una falda corta transparente negra, mis piernas se veían bien torneadas con las medias de licra ademas tengo unos pechos bonitos, los cuales lucí con un escote muy abierto. me dio un beso largo y con ternura... y hay comenzó todo.
Llego el momento tan esperado, mi marido llegó a casa y noto rápidamente algo diferente, recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, tenia una falda corta transparente negra, mis piernas se veían bien torneadas con las medias de licra ademas tengo unos pechos bonitos, los cuales lucí con un escote muy abierto. me dio un beso largo y con ternura... y hay comenzó todo.
lunes, 25 de enero de 2016
January 25
Aquel sueño fue tan erótico, tan real, aquella mujer desconocida jugaba con mi cuerpo a su antojo, parecía conocer exactamente mis fantasías, estimulando mis puntos más erógenos en el momento preciso, yo acariciaba la piel de su espalda mientras su boca y sus manos envolvían incesantes mi sexo para después, a horcajadas, violentarlo con fuerza entre sonoros llantos y jadeos.
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