lunes, 8 de abril de 2013

Dulces cadenas.

Abro los ojos. Las cadenas siguen en su sitio, ancladas al techo, apretando, doliendo. Sigo llevando sólo una falda deshilachada que deja a la vista mis nalgas y mi sexo y una camiseta blanca de tirantes, tan escotada, que el más leve vaivén libera mis senos.

Estudio la estancia. Es la caja de un gran camión. Diáfana. Blanca. Sucia.

Se abre la puerta. Esta vez son 3. Ropa de trabajo, barbas y sudor. Igual que los anteriores.

Se pasan la mano por la cara, sonríen de medio lado, disfrutan con la anticipación... Mis ojos asustados los excitan aún más. Se acercan, me rodean. Me agarran. No media ninguna palabra, tienen un cometido y lo que yo pueda decirles no va a importarles.

No sé de quién es cada mano. Una en mis pechos, estrujándolos, pellizcándolos. Otra en mi sexo hace el ancestral vaivén invasor. La última tarda un poco más, pero lo hace con una contundente palmada en mis nalgas. Risas cómplices.

Aflojan un poco mis cadenas, para que la tarea les resulte más cómoda. Sigo atada, pero ahora estoy tumbada boca arriba, sobre uno de ellos. Otro se tumba sobre mí y como en una coreografía sórdidamente orquestada, me penetran a un tiempo. Acompasan sus movimientos, cada uno en su gruta, deslizándose. Si se sorprenden por no encontrar resistencia, no lo dejan ver. Pensarán que están de suerte... El que hasta el momento observaba, no lo resiste más y encuentra su propio espacio. Con una mano aprieta mi mandíbula y con la otra se ayuda para introducirse, con cuidado de evitar mis dientes. Y jadea.

Es el momento. Comienzo a moverme, primero despscio, más rápido cada vez. Saboreo, jadeo, arqueo la espalda, con cuidado de que no se salga. Los acompaño, los acompaso, los comprimo y los succiono... no se sabe quién folla a quién. Su desconcierto precipita su culminación. Los saco de mí. Me empapan con su viscosidad.

Recomponen sus ropas. Me dejan ahí tirada, no se atreven a mirarme. Cierran la puerta al salir.

Me pongo en pie. Me quito las cadenas. Voy a un rincón y cojo mi bolso. Me aseo, me pongo ropa limpia.

Se vuelve a abrir la puerta. Es el dueño del camión. Le doy un abultado sobre que coge con mirada escéptica. Como siempre. "Todo en orden" le digo. Y me voy de allí, sabiendo que pronto querré volver.

domingo, 7 de abril de 2013

Las miradas.

La primera vez que vio sintió que el mundo se paraba al percibir sus párpados como si fueran de terciopelo puro.

La siguiente ocasión tuvo la impresión de que su corazón se había detenido en un latido cuando se dio cuenta de que sus labios eran como pétalos de rosa.

En el tercer encuentro quiso zambullirse en el huequito entre las clavículas que marca la diferencia entre el cuello y el escote.

A la cuarta su frente se llenó de sudor cuando comprobó que sus hombros parecían de seda y que cualquier lágrima o cualquier gota de sudor se podría deslizar por ellos infinitamente.

La quinta vez dijo para sí mismo, que se pare el mundo ahora mismo, yo quiero sentir la turgencia y el peso de esos senos.

La sexta mirada fue para el ombligo y el pensó que quería convertirse en ese momento en una minúscula pelusilla para ser acogido en esa cuna.

La séptima ocasión percibió con el rabillo del ojo el espacio divino del hueso de la cadena hacia el pubis y entonces pensó que ya podía morirse.

A la octava reparó en la zona posterior de la rodillas y quiso ser pluma para acariciar y ser tenuemente acariciado por esa sedosa piel.

En la novena ocasión soñó ser arena de playa para sentir sus pisadas dejando un rastro sobre su piel.

Y a la décima mirada sólo la miró a los ojos y dijo, por fin te he encontrado, eres tú, eres mi amor. Llévame a tus sueños y déjame acunarte en mis caricias. 

Leche.

Oculta tras los arbustos, días atrás descubrió que, del pene de un macho, brotaba leche. Le había observado atentamente. Se había sacudido el miembro con fuerza. Con violencia, incluido. No llegó a entender por qué aquel hombre hacía lo que hacía. Pero sí pudo, con total claridad, contemplar cómo, del miembro, le manaba leche.

Y ésa era la imagen que ahora no podía quitarme de la cabeza, sabiendo que aquel macho dormía al otro lado de la cueva. Sus tripas rugían y rugían. Tenía hambre. Hacía ya tiempo que no conseguía comer otra cosa sino raíces.

Así que se acercó a él, temerosa y hambrienta. Se movía con sigilo, a cuatro patas, no quería despertar al resto del clan. Introdujo rápidamente la cabeza bajo las pieles que cubrían ese cuerpo que ahora podía sentir tal como era, musculado, recio, duro.

Él no se asustó. Había reconocido su olor. Sabía de quién se trataba, de la hembra más joven del grupo, también la más hermosa. Le gustaba lo que sentía. Ella le había agarrado el pene y lo agitaba con fuerza.

En cuestión de segundos, aquella frágil hembra de homo sapiens pudo sentir la fuerza vital entre sus manos, la electricidad recorriendo su propio cuerpo y el del macho. No tardó en tenerlo en su boca. Tampoco tardó en saborear la leche. Esa leche era lo único que anhelaba, porque tenía hambre.

Y, sin embargo, aquella había sido la primera felación de la historia de la humanidad. Aunque eso, ella, no podía saberlo. Sólo sabía que, lo que acababa de ocurrir, le había gustado. También a él.

Especialmente a él.....

sábado, 6 de abril de 2013

Tras la puerta.

Cerré la puerta y sin haber dejado caer las llaves en la mesa, me agarró por la espalda con fuerza el brazo y me empujó al respaldo del sofá. Sabía que era él aunque no estaba acostumbrado a tales desmanes. Apoyé mis manos. Notaba la presión an mi espalda y el recorrer lo largo dw sus brazos contra los míos. Mi espalda se convirtió en una autopista para su lengua que la recorría sin detenerse y sus manos ya palpaban cerca de los genitales. Le tapé los ojos con mi boca dando besos. Tampoco hablé. Estaba dejando la imaginación divagar: Grandes, pequeños, rojos y naranjas, estridentes o armónicos y seductores, suntuosos siempre, insípidos... o no. De todas formas y para todas las partes. De cualquier manera: íntima, lasciva, tántrica, sexual de todos modos. Se me doblaban las rodillas. Quería todas. Sentirle dentro de mí, detrás mía; Quería abrazarle mientras sus labios recorriesen el interior de mis muslos; Quería chuparle a la vez que me penetraba y escuchar los gemidos reprimidos a dos centímetros de mi oreja, quejidos que explotaban en mi cabeza y me hacían expulsar todo lo que tenía. Quería tener seis de él dediándose a mí....

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viernes, 5 de abril de 2013

Sexo virtual.

La semana había sido agotadora y la pareja necesitaba relajarse. Así pues decidieron tener una sesión de sexo virtual que comenzaría con una buena cena elaborada con platos preparados en la tienda online y seguiría con las súper gafas de la última tecnología digital que se complementaba con aparatos conectados al sistema, que respondían en tiempo real, produciendo los estímulos en las zonas erógenas controladas por el programa. Equipados con camisetas y bragueros provistos de diversos sensores, según las opciones activadas en la interfase. Se entregaron a una fantasía virtual en la cual se veían ambos en un ambiente liberal y sus cuerpos se estremecían con los roces y los ruidos de suspiros y todo tipo de estímulos procedentes de otros personajes virtuales que entregados al placer, subían el tono del ambiente cargándolo de morbo. Miradas de reojo hacia las parejas virtuales excitaban más la libido de ambos, acrecentando el deseo de la pareja por unir sus cuerpos para hacer realidad sus fantasías más íntimas, experimentando una desinhibición que aumentaba su excitación.

Él, sintiéndose invadido por el deseo incontrolable, le dio la vuelta en el lecho virtual y con un fuerte tirón le arrancó el tanga dorado, dejando visible su cuidado sexo que en la imagen aparecía con más voluptuosidad. Introdujo dos dedos en la boca de la mujer, mientras ella se los humedecía con gesto sexy  deleitándose con el juego, consciente de cuál sería el siguiente paso. Abriendo sus piernas y ofreciendo con deseo su ardiente intimidad, ansiosa por sentir el húmedo contacto, se abandonó al placer y con una mano comenzó a estimular el sexo del varón que al borde del clímax la cogió por el pelo y con un movimiento descendiente la obligó a inclinar la cabeza hasta rozar con los carnosos labios rojos el vigoroso pene erecto y en ese momento cuando todo culminaba ¡¡Zaaas!! Pantallazo azul y error del sistema...
¡¡¡Doc falló windows!!!

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miércoles, 3 de abril de 2013

Blancanieves.

Sabio se acuesta a mi lado despertándome con suaves caricias y tiernos besos. Mocoso despierta al resto y se une lamiendo goloso mis caderas. Tímido prefiere la luz apagada. Protegidas por la oscuridad, sus manos recorren sin pudor mi desnudez. A intervalos, siento el cálido roce de la palma abierta de su mano recorriendo en círculos la cumbre de mis pezones. Mudito las mata callando, sin duda es el que más me hace gozar cuando me invade una y otra vez su firme y premanente erección. Dormilón disfruta sus sueños eróticos abrazando mi muslo a rítmicos golpes de pelvis. Escucho a Grunón protestar por falta de sitio, deseosa de probar su enfado, le ofrezco ptra vía colocándome de rodillas, mis hirientes gemidos parecen aumentar la furia de sus acometidas. Bonachón parecía conformarse admirando el placer de sus hermanos, pero plantándose frente a mi boca me invita a saborearle...

Mientras fumamos satisfechos pienso una vez más: "¿Quién necesita un príncipe azul?"

Te deseo.

Un solo gesto. Aquella sensual manera de agacharse y redefinir sus curvas ante una mirada, la mía, que se sintió virgen y ruborizada ante su cuerpo. No vi nada, pero adiviné todo. El erotismo más sutil y la elegancia más morbosa. El deseo exaltado sin la intención de conseguirlo y la imaginación desatada sin quitar un solo nudo. Sin conocer su nombre, su edad... Ni siquiera el color de sus ojos, nada de eso era necesario para que mi cuerpo deseara conocer el suyo. Me acerqué, no tenía opción. Su boca era sugerencia, su mirada invitación, su sonrisa la promesa de un placer ansiado, prohibido pero cercano, al alcance pero imposible. Un sueño. Su voz provocó que todas esas sensaciones se multiplicaran, cada una de sus palabras suponía un grado más de excitación. Ahora, veinte años después de casarnos, sigo experimentando el mismo júbilo, te deseo...



martes, 2 de abril de 2013

En la cola del cine.

¿Cuándo vas a dejar de provocarme? Sabes muy bien lo que haces, te gusta jugar a ser mala y a mí fingir que soy bueno. 

Deja ya de moverte, porque seré un chico malo. 

Te abriré la camisa y tus pechos brincarán para darme la bienvenida. Ya verás cuanto te gusta, atraparé al vuelo ese par de pezones dulces y duros como caramelos de fresa. 

Te sobrará la ropa cuando sientas que mi lengua te quema, desde la cintura hasta el cuello, desde el hombro hasta tu ingle. Y bajaré más y más, quiero que supliques para que siga la danza, endureciéndote, humedeciéndote, haciendo palpitar tu oscura humedad. 

Te haré sufrir con lentas pinceladas y cuando no lo esperes, de un solo golpe rápido y certero me tendrás a tu merced. Aprieta con fuerza y hazme gritar. 

Fingiré que quiero escapar y tú, posesiva, me atraerás hacia ti. No temas, soy presa fácil; Te dejaré ganar....

lunes, 1 de abril de 2013

Inocente caramelo.

No pares ahora, no pares. Déjame disfrutar, abandonado sobre tu sofá como un crucificado, y déjame ver como atrapas mi glande entre tus labios, niña golosa. Disfruta de mí dentro y fuera de tu boca, como cada domingo cuando juegas con la aceituna de tu Martini. Déjame cerrar los ojos. Mientras oigo chasquidos de celofán, déjame alargar el placer de la curiosidad insatisfecha. Y oler la menta, menta salvaje y picante. No te apartes ahora. Sin mirar, sin tocar, quiero adivinar por qué tanto entrechocar de dientes. Qué chupas, escandalosa, mientras araño el frío cuero del sofá. Y ahora un helor que quema desde tu boca. Lo siento arder y tiemblo. Dame tu lengua y hazla danzar en círculo. Golpea tu caramelo contra el mío. Como a ti te gusta. "Menta y eucalipto, pican tanto que hacen llorar", me dices. Pues no llores, que yo sonrío....

domingo, 31 de marzo de 2013

Compras cotidíanas.

Hacendosa panadera, tú y yo lo sabemos. Que te pido siempre las barras de abajo y tu me haces arder cuando te agachas. Que quiero que te acodes en el mostrador y me ofrezcas tu escote. Muerde la punta y mastica lento y sin dejar de mirarme. Y mientras rebusco entre las monedas, sueño con tumbarte sobre sacos de harina. sueño que me haces feliz, enroscada a mi cintura vas y vienes. Yo empujo, tú me recibes oscura y jugosa, y tus pechos danzan bajo mis manos mientras te amaso. Solos tú y yo al calor del horno, quiero que me ciñas, sentir que me atrapas en un abrazo firme y al compás mientras yo me derramo en ti. Acaricia mi pene, porque es la fuente de la vida, y tus pechos mi sustento. Quiero morderte hasta saciarme, quiero saber a qué sabes, quiero que me mires sin tocarme mientras me entregas el cambio. Déjame soñar y sé mi sueño..... 

sábado, 30 de marzo de 2013

Secretos inconfesables.

Arrodillada para él, la mirada al frente, respirando agitada al verlo avanzar hacia mí. Y esa sensación, ese dulce dolor en los pechos, los pezones hinchados y el liviano roce al jadear que de tan suave llega a doler. Se aproxima con una cadencia rítmica. Como el intenso latir entre mis muslos. Cada paso suyo, un golpe de tacón en el mármol, y un latigazo en mí. Con la punta de la lengua me recorro los labios para acabar frenada entre los dientes. Tan difíciles de soportar las punzadas entre las piernas que ni apretando los muslos puede detener la urgente necesidad. Cuando quiero darme cuenta mi mano baja desde el regazo y se entretiene en mecerme donde mi cuerpo tiembla. Al abrir la portezuela, se sienta y yo apenas puedo susurrar junto a la celosía la consigna ritual.

-Perdóneme padre, porque he pecado.

viernes, 29 de marzo de 2013

Un remedio eficaz.

Mi disfunción eréctil, junto a la frigidez que esta causaba en mi mujer, nos empujó a acudir a la consulta de un famoso sexólogo cercano. Aquel joven, tras explicarle nuestra lastimosa vida sexual, desnudó a mi bella esposa delante de mis ojos indicándome como debía estimularla. Sus manos recorrían la piel de Sandra con suavidad, deteniéndose cuando hiciera falta al mínimo suspiro que emitiera. El rostro de Sandra revelaba gozo y asombro cuando las yemas de sus dedos friccionaban sin cesar el rosado de sus pechos. Comprobé que sus mejillas se acaloraron cuando el doctor acercó sus labios al interior de los muslos. Mi esposa asentía presionando la cabeza del joven contra su vientre, sentí un placentero hormigueo recorrer mi pelvis. Logré tener una firme erección cuando la llevó al orgasmo penetrándola sobre la camilla. Mientras Sandra se vestía entusiasmada, pagué al doctor agradeciéndole sus logros. Muy amablemente, nos recomendó continuar acudiendo a su consulta para un tratamiento más personalizado...


jueves, 28 de marzo de 2013

Sueños de oficina.

Hoy quiero estar cerca de ti, hoy que estas tan mimosa y cariñosa, contemplare de cerca maravillado, sentir la atracción que ejerces sobre mí, resistirme a ella unos instantes y adivinar el siguiente minuto, cuando tus labios estén a un milímetro de los míos, cuando síenta tu aliento cálido invitándome a besarte, cuando tu aroma natural inunde mis fosas nasales, revelando la fragancia fresca de tu piel, olor a pétalos de rosa, perfume de manantial de agua clara, de mil gotas rompiendo en una cascada salvaje, olor a rayo de sol sobre hierba mojada, a brisa de la mañana en campos de amapolas, olor a mujer, olor a deseo.

Daré un paso para posar mis labios en los tuyos y sentir el frágil tacto de la carne, la caricia de tu lengua mecida sobre la mía, el delicado roce con sabor a fruta silvestre, a miel y a canela...

- Santiago, últimamente estás como ausente, ¿tomamos un café?

-Claro, perdona..... 

miércoles, 27 de marzo de 2013

Ardor implacable.

Mercedes gozaba cada caricia, su vello se erizaba entre escalofríos cada vez que sentía el roce sedoso de esos labios jugando a atrapar sus pezones. Se aferraba a los hombros con fuerza mientras sus manos impacientes apelmazaban sus muslos y el aroma de aquel hombre penetraba por sus poros acrementando el deseo. Raul, entusiasmado, sintió el temple de la mano que atrapando su vigor, lo envolvía suavemente desde la base al extremo, donde ahora se concentraba el ritmo latente de su corazón...

Mercedes buceaba traviesa bajo las sabanas, Raul suspiraba agitando su cabeza hacia los lados, aprovechando el momento para alcanzar el spray de su mesilla.

La mirada lujuriosa de Mercedes desveló sus intenciones. Raul, sin pensarlo, derrochó sobre su ardor el íntimo spray lubricante y se dejó arropar por el calor intenso del vientre de Mercedes..

Poco más duró el encuentro. Aún se arrepiente Raul de olvidar en la mesilla aquel atractivo envase de Réflex que casi nunca había usado...

martes, 26 de marzo de 2013

Gordita.

¡Como me gustaba mi gordita! Si, así la llamaba, y a ella le divertía, siempre aparecía una fina sonrisa en sus labios cuando se lo decía, y se redondeaban sus rosados mofletes dándole un brillo especial a la piel de su cara. Parece extraño que después de tantos años juntos aún se reburizara al escucharlo, pero ella lo relacionaba inmediatamente con el sexo, y el sexo era algo que le fascinaba.

Yo la amaba como nunca he amado a otra mujer. A pesar de la incomprensión de mis amistades, a mi me llenaba de orgullo estar a su lado. Cuando estábamos en casa a solas apoyaba mi cabeza sobre sus grandes pechos, abrazando el calor de sus michelines, y mientras ella me acariciaba el pelo, me quedaba dormido como un corderito.

No soporté que se pusiera a régimen, no resistí, tuve que dejarla, inicialmente me atrajo la idea, pero se tomó demasiado en serio lo de la Dieta del Cucurucho...

Ahora sale con el monitor de gimmasia, la veo desmejorada, ha perdido su sonrisa, también la mitad de su peso..

lunes, 25 de marzo de 2013

Baño de miradas.

Le encanta el baile de sus caderas cuando camina, la firmeza del sonido de sus tacones al pasar a su lado y ese perfume que penetra en la ínsula derecha de su cerebro completando el puzzle del deseo.

Deseo que se aviva cuando la observa semidesnuda descender los peldaños suavemente y sumergir su belleza. Como una brágil sierena danza con el agua que los mantiene en contacto, él siente un cálido burbujeo entre las ingles, se transforma en hervor cuando se acerca y escucha su respiración entrecortada, cuando ve su largo pelo enredado en el rostro mojado.

La contempla secando su piel, la afortunada toalla recorre suavemente cada curva de su cuerpo como sus manos anhelan hacerlo. Sigue con la mirada los hoyuelos de la base de su espalda hasta que desaparece en los vestuarios, mañana intentará declararle su amor.

Ella decide no volver, ha terminado hastiada de la mirada pervertida que a diario viola su intimidad en la piscina.

 

domingo, 24 de marzo de 2013

El voyeur profesional.

Me escondí a cierta distancia tras un árbol cuando les vi coquetear en el parque, saqué mi cámara de vídeo procurando que el ruido no delatara mi presencia y comencé a grabar. El flirteo duró poco tiempo, ella lo abrazó con fuerza mientras él, desde abajo, buscaba con ansia su vientre.

A pesar de las ramas de un arbusto que disminuía mi visión, continué grabando mientras él la penetraba una y otra vez a un ritmo suave pero constante. Ella comenzó a removerse y agitarse con violencia, su amante se debatía en un orgasmo mientras ella devoraba su rostro.

Fue entonces cuando escuché los gritos de una mujer que salía corriendo medio desnuda de entre la hierba y a su desconcertada pareja preguntándole que había ocurrido.

-¡Quítamelo! ¡Quítameloooo!- Gritaba ella corriendo espantada, sacudiéndose del pelo los restos del macho de mantis religiosa decapitado.

Aún me quedo suficiente batería para grabar a la hembra del artrópodo refugiarse sigilosamente entre la maleza...



Foto y relato dedicado al primer seguidor de mi blog "avispilla" espero que te guste...


Un besito...

sábado, 23 de marzo de 2013

Pecado divino.

María Magdalena unge los pies desnudos de Jesús con perfume fresco de azafrán, sus delicadas manos masajean con esmero cada punto sensorial, aliviando el cansancio que su amado acumula tras el largo día.

Jesús cierra los ojos, inclina su cabeza y manifiesta sin reparo su gozo exhalando profundos suspiros.
Magdalena lo mira enamorada experimentando una efusión contenida de deseo, su boca emite discretos seseos que intentan con ternura sosegar la mente de Jesús. Con su larga melena enjuga las comisuras de los dedos, tarareando suavemente una dulce canción de amor. Cuando termina, no puede evitar acercarse a besar sus labios, Jesús abre los ojos recibiendo la ofrenda y responde rodeándola con sus brazos. María retira lentamente la túnica que lo cubre, levanta los brazos, y deja que Jesús descubra sus encantos.
Acostados, comparten sin recelos los placeres carnales, entregándose fogosos al pecado.
Amanece, Jesús despierta junto a la nota de Magdalena: "El martes nos disfrazamos de Marco Antonio y Cleopatra"





viernes, 22 de marzo de 2013

Vis a vis.

Manu fue conducido al pabellón C, tras recorrer el frío pasillo le introdujeron en aquella sala, se sentó en la cama expectante y poco tiempo después apareció ella.  

Manu se puso en pie y sin decir nada, le hizo un gesto amable invitándola a coger su mano. Ella miró s su alrededor y se acerco lentamente, tampoco dijo una palabra. Manu comenzó a acariciar sus brazos con ternura, ella se dejó hacer.  

Las manos de Manu la fueron desnudando, dibujando cada curva de su cálida piel. Descubrió sus pechos, besó aquellos pezones que firmes y orgullosos apuntaban al cielo, al mismo lugar que apuntaba robusto el sexo de Manu cuando ella lo aprapó. Impacientes, se acostaron y gozaron de sus cuerpos hasta agotar el tiempo que les habían regalado.  

En la celda contigua a la de Manu, Juan intentaba hacer entender al funcionario de prisiones que, en esos momentos, su esposa debía estar esperándolo para un primer vis a vis...





jueves, 21 de marzo de 2013

Sueños húmedos.

Aquel sueño fue tan erótico, tan real, aquella mujer desconocida jugaba con mi cuerpo a su antojo, parecía conocer exactamente mis fantasías, estimulando mis puntos más erógenos en el momento preciso, yo acariciaba la piel de su espalda mientras su boca y sus manos envolvían incesantes mi sexo para después, a horcajadas, violentarlo con fuerza entre sonoros llantos y jadeos.

Empapada en sudor se sentó en cuclillas sobre mi piernas mientras sus pequeñas manos se afanaban inquietas en darme un final apoteósico. Sentí el hervor de su vientre derramando fluidos con persistencia sobre mi muslo, nunca había imaginado que el orgasmo de una mujer pudiera encharcarme de aquella forma...

Desperté muy excitado, resoplando, casi al borde del orgasmo, mis caderas se movían sin control, pero todo aquel ardor cesó cuando vi el empeño de mi gata rascando hacia atrás con la pata derecha la sábana que cubría mi muslo, un gesto instintivo y un olor que, desgraciadamente, conocia de sobra...



miércoles, 20 de marzo de 2013

Mi primera vez.

Sara me advirtió de los riesgos y molestias que podría sentir al principio, me animaba diciéndome que con la práctica la sensación es cada vez más placentera.

Ella se inició con el negro, decía que a pesar de su gran tamaño y su ruda apariencia era bastante cuidadoso con las jóvenes sin experiencia, varias amigas y conocidas se habían estrenado con él anteriormente.

Yo, en cambio, tenía predilección por el de los ojos claros, me encantaba el brillo de su pelo, su cuerpo fibroso y delgado, me enamoré de su belleza al verlo por primera vez, de su forma de caminar, de su profunda mirada..

Cuando llegó el momento no sabía qué posición adoptar, estaba tan nerviosa, monté suavemente sobre él, le susurré al oído mientras acariciaba su pelo y me dejé llevar, mi corazón latía con fuerza al sentir su vigor salvaje entre mis piernas.

Nunca había sentido tanta libertad como galopando a lomos de aquel hermoso corcel...


martes, 19 de marzo de 2013

El beso.

Apenas había gente en la consulta, paula esperaba su turno cuando llegó Carlos. Se sentó a su lado dejando en el aire una exquisita fragancia masculina.

Paula comenzó a ruborizarse al sentir el calor del muslo atravesar la tela de su falda, miró de reojo aquellas varoniles manos, que comenzaban a humedecerse víctimas del nerviosismo, sus dedos se entrelazaban inquietos en un juego sin sentido.

Carlos se atrevió a girarse, buscando los ojos de Paula, éstos buscaban sin acierto un punto de interés que apartara aquellos pensamientos de su mente, a pesar de no haber visto su rostro, imaginaba esos labios besándola, impregnándola con aquel penetrante aroma, casi podía escucharse el latido de su corazón en la silenciosa sala de espera.

Carlos cambió de postura, dejando un espacio que refrescó la pierna de Paula, sus miradas se encontraron, logrando tener el mismo sueño, sin decir una palabra sus rostros comenzaron a acercarse lentamente....  

 

lunes, 18 de marzo de 2013

El amante ocasional.

Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura abrazaba su cuerpo desnudo, de nuevo, cuando ya creía haber olvidado el milagro que supone ser mujer, sintió fluir a raudales el deseo.

Las cálidas manos de aquel hermoso varón brindaban a su piel precisas caricias que la colmaban de placeres. Permitió que aquel inmenso caudal de sensaciones la atrapara sin recato. Se dejó arrastrar por la tentación hasta caer en el abismo, para después tomar las riendas y subir una y otra vez al cielo.

Ya relajada, cerró los ojos y durmió alojada entre sus brazos.

Sus labios dibujaron una aliviada sonrisa cuando al despertar su marido seguía allí... 

 

jueves, 14 de marzo de 2013